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El Banco de Inglaterra sube los tipos un cuarto de punto, hasta el 4,25%, pese a la favorable coyuntura

La inflación está muy por debajo del 2%, la economía crece pero no avasalla, la libra está fuerte otra vez. Pero, a pesar de este cuadro que invitaría más bien a mantener los tipos de interés, el Banco de Inglaterra ha decidido subirlos un cuartillo (0,25 puntos) por tercera vez desde noviembre pasado, hasta situarlos en el 4,25%. La medida no ha sorprendido a nadie.

Dos razones explican esa paradoja. Desde la visión del corto plazo, el descontrolado aumento del precio de la vivienda, que sigue creciendo por encima de las previsiones. Desde una visión a más largo plazo, los datos de trasfondo de la economía, que parecen anunciar un futuro recalentamiento y un repunte de la inflación que el banco emisor quiere modular con tiempo.

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La vivienda sigue siendo el punto crítico de la economía británica. El ministro del Tesoro, Gordon Brown, asegura en cuanto le dan oportunidad que el sector no se encamina hacia el crack que lo ha sacudido ya dos veces en los últimos 25 años. Las entidades hipotecarias subrayan que, aunque los precios están más altos que nunca, los niveles de endeudamiento de los británicos están a ratios menos alarmantes que en otros tiempos si se comparan con el valor intrínseco del sector: el parque de viviendas vale 3,2 veces más que la deuda total de las hipotecas, una ratio más saludable que el 2,7 de hace 5 y hace 10 años.

El Banco de Inglaterra, por su parte, dice que no está en este mundo para moderar el precio de las casas, sino para controlar la inflación. Pero no oculta su preocupación por una consecuencia directa del aumento sin freno de la vivienda: los británicos aprovechan el aumento de valor de sus propiedades para rehipotecarse y gastar ese dinero en coches, viajes y otros consumismos más perecederos que el ladrillo.

Hipotecas

El incremento de tipos quizá ayude poco a moderar el precio de la vivienda: es la tercera subida de un cuarto de punto desde noviembre, pero los precios no se templan porque las hipotecas siguen estando a niveles históricamente muy bajos. Pero sí pueden frenar la tendencia al sobreendeudamiento consumista. La economía está creciendo, sobre todo por el consumo interno, y al Banco de Inglaterra le gustaría que tuviera más papel el sector exterior. Y cree que se dan las condiciones para ello porque, aunque la subida de tipos coincide con un momento de renovada fortaleza de la libra frente al euro, la moneda británica se está depreciando frente al dólar y, sobre todo, las buenas perspectivas de la economía mundial hacen pensar en una mejora de las exportaciones.

El fuerte crecimiento de los salarios y de los precios de las mercancías hace pensar al banco en un futuro recalentamiento de los precios y del crecimiento, y quiere empezar a controlarlo ahora. La escueta nota del Comité de Política Monetaria no daba ayer mucho más margen interpretativo y, sobre todo, pocas pistas sobre decisiones futuras. Con todo, los analistas apuestan por el mantenimiento de la política de subidas escalonadas y suaves de los tipos que podrían situarse entre el 4,75% y el 5% a final de año, el nivel que se considera económicamente neutral, ni tipos altos ni tipos bajos. El diferencial con los tipos del euro está en 225 puntos básicos, pero ¿acaso se acuerda alguien de que este Gobierno quería meter a la libra en el euro?

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