"Estoy jugando muy mal"

Zinedine Zidane, que en el Real Madrid es como el oráculo, convocó ayer a la prensa para entonar el mea culpa por su expulsión en Riazor y para emitir una sentencia que no deja bien parado a nadie: "Se juega como se entrena. Yo estoy entrenando regular y jugando muy mal".

La confesión de Zidane salpica al entrenador, Carlos Queiroz, a quien se supone responsable de los entrenamientos. Interrogado por este extremo, el francés se autoinculpó pero dejó resquicios: "El entrenador no puede hacer nada por mí; el entrenador tiene culpas sobre lo colectivo, pero no tiene la culpa de que yo esté jugando mal".

Zidane, que en junio cumplirá 32 años, evocó la eliminatoria ante el Mónaco como el punto de inflexión en el nivel del juego del equipo y el suyo propio: "La verdad es que llevo un mes y medio en el que estoy pasando un momento malo. Hablo de mí, no del equipo. A lo mejor durante el partido en Montecarlo [la eliminación ante el Mónaco en Liga de Campeones] se rompió algo. A lo mejor pensamos que íbamos a pasar la eliminatoria. Y después, perder 3 a 0 contra Osasuna no fue normal. Esto no puede pasar. Se puede perder pero no como hemos perdido".

El discurso de Zidane tuvo las ambigüedades que contienen los discursos de los futbolistas cuando cifran los mensajes para no herir susceptibilidades. El astro francés negó que sufriera una depresión física y apuntó hacia la mental. Eso sí: sólo en el campo. Fuera del terreno de juego, asegura que su vida transcurre sin inconvenientes. "No puedo hablar de cosas físicas", dijo Zizou; "es más un problema de cabeza. Me veo jugando y me digo: 'No puedo jugar así' ".

"En ocho meses", explicó el jugador; "hemos hecho un esfuerzo muy grande y hemos jugado muy bien, hasta dos veces por semana. Ahora descansamos toda la semana, jugamos una sola vez cada siete días, y sin embargo hemos perdido más partidos en el último mes que en todo el resto de la temporada. Está claro que algo está pasando. Estos son mis peores meses desde que llegué a Madrid. No había estado así desde 1999, cuando jugaba en la Juve, después de ganar el Mundial".

Zidane se sorprendió de que algún periodista le preguntase por su estado de ánimo fuera del ámbito profesional. "Yo soy un tío feliz", dijo sonriente, antes de atacar un bocadillo de patatas en medio de un maratón de entrevistas.

"De lo que estoy seguro", prosiguió; "es de que voy a seguir ganando títulos con el Madrid. Quiero destacar que estoy convencido de que voy a ganar muchas cosas con el Madrid; pero muchas".

Zidane lanzó este mensaje de optimismo a los hinchas, con una sonrisa como para transmitir confianza. Luego retomó la situación actual: "Ahora hay que esperar y ver qué pasa. Quedan nueve puntos en juego y la Liga no está decidida. Nosotros nos tenemos que recuperar mentalmente. Porque cuando ganas te dan ganas de ganar más. Y cuando pierdes... No digo que te den ganas de perder más... Pero hay que superarlo".

La expulsión frente al Deportivo en Riazor le supondrá a Zidane una jornada de suspensión. No jugará el próximo partido de Liga, contra el Mallorca en el Bernabéu, y regresará en la penúltima jornada, contra el Murcia en La Condomina. Ahí, asegura que querrá jugar, incluso mal. "Quiero jugar; aunque juegue mal. Prefiero jugar mal a no jugar. Sobre todo en este momento. Hay que dar la cara. Además, esto se va a pasar. No voy a jugar toda la vida mal. Tengo hasta el 2007 [año en que finaliza su contrato con el club]".

Poco antes de iniciar el entrenamiento de ayer, Luis Figo entró al campo cantando: "¡Oporto, Oporto...!". Fue su pequeña celebración tras la victoria del equipo portugués sobre el Deportivo en la semifinal de Liga de Campeones que disputaron el martes. Figo tiene algunos amigos y colegas de selección en el Oporto.