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FÓRUM 2004

Vicenç Villatoro defiende que la exposición 'Voces' tiene "ideas políticas explícitas"

El diseñador Ralph Appelbaum la define como una experiencia museológica

La aparente contradicción entre comunicación y diversidad lingüística es, a juicio de Villatoro, uno de los ejes fuertes de la exposición. A juicio de algunos, explica, sería mejor que habláramos menos lenguas porque así sería más fácil la comunicación. "No estamos de acuerdo y por eso el lema angular de la exposición es la frase de George Steiner: 'Cuando muere una lengua, desaparece un mundo'. Cuando al final se dice en el audiovisual que una de las causas de la desaparición de las lenguas es el desprestigio, estamos diciéndole al visitante que él tiene una responsabilidad en la desaparición de una lengua cuando decide no utilizarla, y esto es también una afirmación política. No es una exposición puramente descriptiva, sino que estoy seguro de que generará polémica".

La abundancia de datos de la exposición -que se complementa con un catálogo y una exposición virtual en Internet- dará para muchos comentarios, pero de lo que no hay duda es de que lo que más sorprende a primera vista es el espectacular montaje audiovisual. Voces ocupa 4.000 metros cuadrados del Centro de Convenciones, en el recinto del Fórum. Un gran espacio rectangular dominado en el centro por una gran semiesfera de 30 metros de diámetro por 12 metros de alto en la que 28 pantallas van mostrando de forma sincronizada una multiproyección audiovisual que resume la tesis de la exposición. Alrededor de esta gran esfera, otras 24 pantallas ofrecen más información audiovisual y datos estadísticos; además, hay 20 mesas monográficas, algunas interactivas, que aportan nuevos datos e informaciones sobre la diversidad lingüística del mundo. No en vano es una de las exposiciones más caras realizadas en España: 6,4 millones de euros.

El diseño ha sido realizado por el estadounidense Ralph Appelbaum, quien afirma que esta exhibición no puede confundirse con un espectáculo, sino que se trata de "una experiencia museológica" que intenta acercarse a las nuevas maneras de aprender de los jóvenes. "Estoy muy satisfecho con el resultado", comentó ayer Appelbaum, quien indicó que desde el primer momento se planteó "utilizar los últimos medios tecnológicos" dado que en Barcelona ya había abundancia de "buen diseño". "Cada visitante es un experto en la materia de la exposición y aporta lo que hace falta para continuarla", dijo. "Su objetivo es hacerle tomar conciencia de que la mayor invención del ser humano es la lengua, y también de su fragilidad. Para ello hemos creado dispositivos con distintos niveles de información que se adaptan a las necesidades de cada visitante. Todo el mundo saldrá con un mensaje diferente".

Appelbaum ha dirigido el concepto y el diseño del montaje, pero la dirección artística ha corrido a cargo de Mona Kim, una diseñadora que ha trabajado mucho en moda y publicidad, quien, a su vez, ha encargado la realización de los audiovisuales a Simon Taylor, de Tomato (un colectivo cuyo creativo trabajo ha podido verse en Barcelona en el Sónar y en Art Futura). La coordinación general de la exposición la ha realizado la arquitecta Olga Subirós y la ejecución del proyecto arquitectónico, el equipo Roure & De León.

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