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FÚTBOL | Liga de Campeones: vuelta de las semifinales

Mourinho no es ningún advenedizo

El técnico del Oporto estudió en la Universidad de Lisboa y después en Londres y Glasgow

Arrogante, sin duda, pero a su vez preparado, ambicioso y muy inteligente. José Mourinho (Setúbal, 1963) se marchó del Barcelona en 2000 con la etiqueta de ayudante advenedizo primero de Bobby Robson y después de Louis Van Gaal. Cuatro años después, su triunfo es incontestable como primer entrenador del Oporto. Le adoran la hinchada y sus jugadores, a los que ha sabido exprimir al máximo, caso de Maniche, una de las figuras del equipo que antes había fracasado en el Benfica. E incluso los rivales, el Sporting y el propio Benfica, le rinden pleitesía: afirman que estarán muy contentos si, al final del curso, se marcha rumbo a algún club inglés, como tiene previsto.

Mourinho no es, en ningún caso, un advenedizo. Estudió en la universidad del Deporte, en Lisboa, antes de ampliar sus conocimientos en Londres y Glasgow, en el seno de las federaciones inglesa y escocesa. Su padre, Félix, fue portero del Belenenses y de la selección en los sesenta y setenta. Después fue entrenador. Y llevó a su hijo a todas partes. Tanto que, con 14 años, José se dedicó a pasarle a su padre los informes de los conjuntos rivales y, si ganaba, se llevaba el 10% de las primas. "Esa fase ha sido clave en mi evolución. Estudiar el juego de los equipos, sus movimientos, fue extraordinario", cuenta en France Football el técnico del Oporto que, como jugador, no pasó de la Segunda A, en el Sesimbra. Por eso lo dejó a los 23 años, porque advirtió que nunca sería un gran futbolista.

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"Llegados a cierto nivel de estudios, no hay bibliografía en portugués". Por eso aprendió inglés y francés, además de dominar el español y el italiano. "Es muy importante dominar las lenguas para mi futuro". Lo fue también en su pasado. Era ayudante de Manuel Fernandes en el Estrela Amadora, un club de las afueras de Lisboa, cuando el Sporting fichó a Fernandes como segundo de Bobby Robson y a Mourinho como intérprete. Entonces el joven Mourinho le enseñó todos los secretos del fútbol portugués a Robson y éste se lo agradeció llevándole al Oporto y al Barça. Se hicieron grandes amigos. De Robson aprendió "su filosofía de la vida para alargar tanto su carrera: 71 años. Nos explicaba que la alegría era una noción fundamental del fútbol". Una etapa azulgrana de la que recuerda con admiración a Guardiola, Popescu y Blanc, que le pedían vídeos de los adversarios antes de los partidos. Fue el propio Robson quien, cuando se fue al PSV Eindhoven, le aconsejó que se quedara un año más en el Barça, que aprendiera de una nueva escuela, la de Louis Van Gaal, mucha más cartesiana. De ambas extrajo Mourinho lo que más le gustaba. Su Oporto se caracteriza ahora sobre todo por la organización defensiva. Como ya hizo en los cuartos de final ante el Lyón, Mourinho ya ha estudiado a todos los Depor posibles. "Lo tengo todo previsto", aseguró ayer. "Hemos estado, los últimos cuatro días, ensayando penaltis".

Y es que Mourinho no se conforma con haber llevado al Oporto a conquistar la pasada Copa de la UEFA, además de las dos últimas Ligas portuguesas. Preguntado si le gustaría entrenar al Madrid, contesta: "O al Barça, la Juve, el Milan, el Inter, el Liverpool. Me gustaría ese nivel porque a los grandes jugadores les gusta trabajar bien".

SCIAMMARELLA

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