Fonsi ha vuelto
Meritorio tercer puesto del madrileño en 250cc, el mismo obtenido por Barberá en 125cc
Decía su director, Jorge Martínez Aspar, que de su rostro, mientras corría, había desaparecido el gesto de "mala leche". Ayer debió recuperarlo. Fonsi Nieto volvió a asomarse al grupo de los mejores en los 250cc, una costumbre que parecía olvidada, y finalizó tercero en aquel sucedáneo de carrera en el que la lluvia puso y quitó corredores a su antojo. Hasta 10 caídas se produjeron. La peor parte se la llevó el más enclenque. Dani Pedrosa salió despedido de la moto antes de que sus 44 kilos de peso se estrellaran en el suelo. El que fuera vencedor en Suráfrica sufrió el accidente en la quinta vuelta de las 26 previstas. Al levantarse sufrió un pequeño mareo, por lo que fue trasladado a la clínica móvil del circuito, de donde salió tras descansar un rato sin más daño que un fuerte golpe en el pulgar de su mano izquierda.
Pedrosa sufre un tormento en las carreras pasadas por agua, y la de ayer, por mucho Jerez que se tratara, no iba a aliviar sus penas. Con él fuera de combate, el italiano Roberto Rolfo vio el camino expedito para adjudicarse una victoria incontestable, que comenzó a tomar cuerpo desde las primeras vueltas. En la sexta, por ejemplo, la diferencia sobre su perseguidor más cercano era de 5,2 segundos.
Nunca hubo dudas respecto al nombre del ganador. Tampoco del segundo, el francés Randy de Puniet. Ambos corrieron contra sí mismos y contra la lluvia. Más rivales tuvo Fonsi Nieto, obligado a echar el resto para conquistar la tercera plaza. Su lucha con el australiano Anthony West, "el mejor de todos nosotros en mojado", según el propio Fonsi, fue espectacular. A mitad de carrera, el español se pegó a él, chupando rueda y empapándose con el agua que la rueda trasera de aquél escupía. Buscó el sitio ideal donde rebasarle y lo encontró. La curva de Ángel Nieto, concretamente, la quinta antes de la meta: "Sabía que sólo podía rebasarle ahí", reconoció Fonsi. No tiró la toalla West y tomó de nuevo el mando. El madrileño optó por esperar hasta a la última vuelta y repitió la operación, allí, en la misma curva.
"Si llega a ser otro sitio me hubiera conformado con hacer cuarto. Pero en Jerez, no. Esto me sabe a victoria porque la pista estaba crítica y yo no paso por un buen momento. El año pasado se me dio mucha caña y quizá fuera merecida. Pero en este país parece que sólo vale ganar. Lo de hoy ha sido un 50%. Como solemos decir nosotros, era mierda o dinero. Y ha salido dinero", confesó tras la carrera.
También Héctor Barberá tenía ganas de dar un golpe de autoridad, en su caso en la categoría menor, el octavo de litro, tras su polémico abandono del equipo de Aspar para caer en el Seedorf Racing. Lo dio. Sobrevivió a una carrera aterradora, en la que se produjeron hasta 15 accidentes. El mismo Barberá estuvo cerca de irse al suelo en dos ocasiones. Superó ambos sustos y acabó tercero, a lo que sin duda le ayudó que el australiano Casey Stoner se la pegara a falta de tres vueltas, cuando viajaba sin más compañía que el aire.
El piloto valenciano, de 17 años, subió al podio por sexta vez en su vida. En esta ocasión lo hizo con una camiseta del Milan, la que lleva el nombre de su jefe, el futbolista Clarence Seedorf, quien conoció la noticia poco antes de proclamarse campeón de la Liga italiana.
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