"En transporte se produce una sana consolidación"

La familia, el negocio, los amigos y el Atleti. Ésas, y por ese orden, son las prioridades y también las preocupaciones de Esteban Rivas, accionista mayoritario y administrador único del grupo de empresas de transporte que lleva su nombre, y el de su padre, de quien heredó, junto a sus dos hermanas, un negocio que ahora da trabajo a 300 personas y factura 54 millones de euros. En sus autocares viajan equipos como el Real Madrid, el Atlético o la Federación Española de Fútbol; durante años lo hicieron las tripulaciones de vuelo de Iberia y ahora lo hacen las de tierra; miles de escolares, de turistas y personal de las embajadas. El próximo 22 de mayo también lo harán parte de los invitados a la boda real.

"El plan para los próximos cinco años es crecer; comprar empresas de autocares y construir más centros de mantenimiento"

Surgido del esfuerzo personal de un empresario de origen muy modesto, hoy el grupo Esteban Rivas lo componen siete empresas dedicadas fundamentalmente al transporte en autocar, el mantenimiento de flotas, el alquiler de pequeños almacenes y el servicio de venta, mantenimiento y posventa como concesionarios de Nissan y Volvo.

Bajo su firma, cada día ruedan por calles y carreteras 300 autocares. Mínimamente internacionalizada -está presente en Centroeuropa y norte de África-, los planes para los próximos cinco años pasan por un crecimiento que sea abordable por sus propios medios. Sin socios.

Pregunta. ¿Por qué ese afán de ir solos?

Respuesta. Porque no tenemos cultura de tener socios, no nos la transmitió mi padre, ni los necesitamos. Tecnológicamente, después de 50 años de existencia, creo que sabemos hacerlo, y financieramente mientras podamos seguir trabajando con los bancos...

P. ¿No retrasa ese ansia de no asociarse el crecimiento?

R. Un poco. Pero hay un refrán que dice que si corres mucho alcanzas a la desgracia, y si lo haces poco, te alcanza ella a ti. Hay que encontrar el ritmo adecuado.

P. ¿Cuál será en los próximos años?

R. El objetivo es seguir creciendo mediante la compra de empresas de autocares, construir nuevos centros de mantenimiento de flotas y representar en más puntos de la comunidad de Madrid las marcas de las que somos concesionarios. Además, seguiremos insistiendo en la calidad y el respeto al medio ambiente.

P. El transporte por carretera no goza precisamente de buena imagen. Entre la piratería, el intrusismo, el incumplimiento de normas de seguridad y lo que contamina...

R. Es verdad que aún tiene algunos problemas de ese estilo, pero en los últimos años, en general, las cosas han cambiado muchísimo.

P. ¿No piensan en internacionalizarse?

R. No especialmente. Salvo algunos casos, en Europa es un sector conformado por pequeñas empresas, muy atomizado y muy local, pese a que se está dando un sano y saludable proceso de mayor concentración.

P. ¿Tampoco piensan en diversificarse hacia otros sectores colaterales al transporte como agencias de viaje u hoteles, tal y como han hecho otros grupos?

R. Bueno, nos hemos diversificado con el mantenimiento de flotas, el alquiler de coches de lujo con o sin chófer, las concesiones y hacemos algo en construcción. Ése es nuestro camino.

P. Usted es miembro de la directiva de la Asociación Madrileña de Empresa Familiar. Sin embargo, su empresa está al margen de las normas al uso de tener consejo de administración, protocolo, consejo de familia...

R. Somos una empresa típicamente familiar, como la mayoría en este país. En las comidas familiares se habla de la empresa, la compañía está presente en todos nosotros y está profesionalizada. Eso no quiere decir que tenga que tener en la dirección alguien ajeno a la familia, esos casos son la excepción.

P. Sólo tiene 41 años, pero ¿no le preocupa la sucesión?

R. Me preocupa que mis hijos y mis sobrinos sean felices. Si quieren trabajar en el negocio familiar que lo hagan, pero bien formados. Y que antes trabajen fuera de casa. Yo no lo hice y lo he echado de menos.