Director general o general director

"Mi única aspiración es servir a España y a los españoles", afirmó ayer el general Carlos Gómez Arruche, quien aseguró que asume su nombramiento como "una responsabilidad más, porque soy militar de carrera y no tengo aspiraciones políticas".

Gómez Arruche acudió al acto de conmemoración del 75 aniversario de la base de Los Llanos (Albacete), de la que fue jefe entre 1997 y 1998.

"La Guardia Civil se creó hace muchos años y tiene suficiente solidez con independencia de que sea un general del Aire el director", respondió en relación con las consecuencias que puede tener su nombramiento. Aunque no descartó que "pueda hacer algún retoque", insistió en que la Guardia Civil "tiene solvencia suficiente por sí misma".

Respecto a la posibilidad de que se permita la actuación de sindicatos en su seno, afirmó: "En organismos especiales como las Fuerzas Armadas, la Policía o la Iglesia, los sindicatos pueden tener una labor con los trabajadores, pero otra cosa es que decidan sobre lo que deben hacer los organismos, que para eso están los mandos, la política del país y el Gobierno".

Del equipo de tres ministros

Casado y con dos hijos, Carlos Gómez Arruche nació el 15 de diciembre de 1945 en Arévalo (Ávila). Ingresó en el Ejército del Aire en 1964, es piloto de caza, ataque y transporte, ha sido agregado adjunto en la embajada española en Argel, habla inglés y francés, y tiene varios cursos de la OTAN. Ha estado destinado en la División de Planes del Estado Mayor de la Defensa y en el gabinete técnico de los ministros Julián García Vargas, Gustavo Suárez Pertierra y Eduardo Serra, los dos primeros del PSOE y el tercero, del PP. Ha sido también jefe de gabinete de Juan Antonio Lombo, jefe del Ejército del Aire, y jefe del Estado Mayor del Mando Aéreo de Levante (MALEV), en Zaragoza, que dirigía interinamente desde septiembre pasado. Ascendió a general de división en febrero de 2002.

Como director general de la Guardia Civil, Gómez Arruche tendrá rango de subsecretario. Ayer no fue posible aclarar si ejercerá su cargo como general en activo o pasará a servicios especiales. La ley del Personal de la Guardia Civil de 1999 permite que los militares puedan "ocupar determinados destinos en la Dirección General de la Guardia Civil en función de los cometidos y facultades del Cuerpo y Escala a que pertenezcan". Si se aplicara esta disposición, el nuevo director ejercería un cargo de confianza política y debería responder ante el Parlamento sin perder la condición de militar en activo, sujeto a las normas disciplinarias militares y al criterio de su ejército de procedencia para su posterior carrera militar.