Una obra filosófica rica y honda
Adolfo Sánchez Vázquez reúne en 'El valor del socialismo' textos escritos entre 1967 y 1999
El filósofo Adolfo Sánchez Vázquez (Algeciras, 1915) cogió el camino del destierro en 1939. La derrota en la Guerra Civil truncó su carrera en España y le llevó a México, donde imparte clases de filosofía en la Universidad. Sánchez Vázquez ha publicado recientemente El valor del socialismo en una edición de la Diputación de Málaga y El Viejo Topo. El volumen reúne un conjunto de textos dados a conocer entre 1967 y 1999. "Lo que nos mueve a agruparlos es la necesidad, que muchos sentimos y compartimos, de reivindicar la idea, el proyecto o la utopía socialista, y tanto más en tiempos oscuros de incertidumbres y retrocesos, así como de renegados y confundidos o desencantados de buena o mala fe. Se trata, pues, de afirmar o reafirmar -desde el título mismo del libro- el valor del socialismo", señala Sánchez Vázquez en el prólogo. El volumen recoge una decena de textos (El socialismo y el Che, Del socialismo científico al socialismo utópico, Once tesis sobre socialismo y democracia, Modernidad, posmodernidad y socialismo...).
El filósofo fue distinguido el pasado 20 de abril como Hijo Adoptivo de la Provincia de Málaga, donde vivió 12 años "decisivos", ya que, a su juicio, allí recibió toda su "formación intelectual y política". Sánchez Vázquez fijó su residencia en Málaga, junto a sus padres y dos hermanos, en 1925. Dos años después comenzó sus estudios de bachillerato en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza. En 1932 inició sus estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Málaga. Ingresó en la Juventud Comunista un año más tarde.
Sánchez Vázquez empezó sus estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid en 1935. A los 19 años asumió la dirección de la revista Octubre, fundada por el poeta Rafael Alberti. Sánchez Vázquez pasó a dirigir en 1937 el diario Ahora, órgano de la Juventud Socialista Unificada. Ese mismo año marchó al frente a combatir a las órdenes de Líster.
Se doctoró en México con la tesis Sobre la praxis bajo la dirección de José Gaos. En este país desarrolló su obra filosófica, en la que figuran títulos como Las ideas estéticas de Marx, Estética y marxismo, Ciencia y revolución (el marxismo de Althusser), Filosofía y circunstancias, Entre la realidad y la utopía y A tiempo y destiempo. Filosofía de la praxis, considerada su obra fundamental, combate dos males que han dañado al marxismo: el dogmatismo y las tendencias burocráticas.
"El marxismo de Sánchez Vázquez está caracterizado por tres elementos básicos anudados en torno al concepto de praxis, de práctica como transformación. En primer lugar, el marxismo es crítica de lo existente, el no aceptar lo dado como evidente; en segundo lugar, es conocimiento riguroso de lo que hay, no dejarse deslumbrar por la propia subjetividad, la práctica de un realismo revolucionario donde se aquilatan racionalmente las relaciones entre realidad y posibilidad, sabiendo que el socialismo es una de estas varias posibilidades; en tercer lugar, proyecto emancipatorio que consiste, desde una práctica consciente fundada racionalmente, en construir una sociedad alternativa a la existente, partiendo de las contradicciones reales del sistema. Estos tres aspectos que organizan la dialéctica entre realidad y subjetividad organizada se relacionan en torno a una filosofía de la práctica que jerarquiza, articula y señala los cambios del porvenir", explica Manuel Monereo en la presentación del libro.
El novelista Antonio Muñoz Molina ha dicho que, "en estos tiempos de penuria mental, leer a Sánchez Vázquez es una de las cosas más recomendables que uno puede hacer. Su riqueza y su hondura son muy necesarias".
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