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Columna
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El agua y Juan Benet

En 1992, un año antes de morir, el gran escritor e ingeniero de caminos Juan Benet, vaticinó: "El agua va a ser motivo de luchas políticas de primera magnitud, porque hay zonas excedentarias y otras deficitarias. Dentro de España se producirán conflictos de manera indudable, en tanto en cuanto el país todavía no ha comprendido que el agua no tiene dueño, que es un bien público, que no se puede hablar de un agua aragonesa, cantábrica o andaluza..." (semanario Dinero, número 471). El augurio de Benet se ha cumplido plenamente. En sus dos conceptos. En cuanto a la aparición de conflictos entre diversas partes de España; y también en cuanto a la apropiación de las aguas, pues es evidente que en Aragón y Cataluña (por ceñirme a lo que más afecta a los valencianos) están convencidos, tanto sus ciudadanos como sus políticos, de que el agua del Ebro es suya. Y no lo es. Por otra parte, no debe olvidarse que el PSOE ya consideró excedentario al Ebro en su plan alternativo del año 2001. Más allá de los votos y de los intereses políticos, el agua es de todos. Y en la Comunidad Valenciana escasea y tiene que venir. De las cuencas donde sobra, naturalmente, y con las garantías ecológicas y jurídicas que procedan. Porque ante este severo y creciente déficit hídrico poco valen los grandes inventos del TBO y menos aún las llamadas al estoicismo. ¡Ojalá sirvieran! Y acabo, de nuevo, en Juan Benet. Recorriendo la última entrevista que concedió el escritor, meses antes de su muerte, y que fue publicada en el suplemento Babelia de este diario, en agosto de 1992. El narrador hablaba del nacionalismo -al que veía como "una forma hipócrita de defender una sustancia casi inexistente"-, y también profundizaba en las claves de su profecía hidráulica, pues afirmaba: "En la base de todo nacionalismo lo que funciona es una diferenciación de las condiciones económicas de una comunidad que cree que aislada puede ser más próspera, más rica. O que quiere desprenderse de una vecindad que le parece enojosa para llevar a cabo su propio desarrollo". Agua para todos. Y un recuerdo para Juan Benet.

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