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Los autobuses turísticos incumplían el contrato municipal, según denuncia IU

La adjudicataria del servicio ofreció cuatro vehículos de los que no disponía

El Ayuntamiento de Madrid vuelve a encallar en la tecnología. Ahora, a cuenta de los autobuses turísticos. La adjudicataria de este servicio, Madrid Visión, ganó el concurso en 2000, entre otras razones, porque ofrecía cuatro vehículos "ecológicos" (dos propulsados por gas y otros dos híbridos de impulsión eléctrica). Pero esa empresa no tenía esos vehículos ni los iba a tener. La edil de IU Inés Sabanés critica que "el equipo de gobierno haya permitido que se incumpla algo que fue determinante para concederle la licencia".

Una de las cinco empresas participantes en el concurso ha llevado el caso al juez

La oferta de este tipo de autobuses no contaminantes figuraba en el pliego de condiciones del concurso y sólo una empresa satisfizo este requisito. Pero había un problema: Madrid Visión no tenía esos vehículos ni los iba a tener. Para arreglarlo, el nuevo gobierno municipal, presidido por Alberto Ruiz-Gallardón, ha cambiado el contrato, de forma que los autobuses "ecológicos" han sido sustituidos por otros corrientes. El asunto está en los tribunales.

La presencia de los grandes autobuses descapotados de Madrid Visión completa buena parte del paisaje del Madrid turístico. Una flota de 25 de estos vehículos está a disposición de quien quiera conocer la ciudad a través de tres itinerarios distintos. Madrid Visión es una unión temporal de empresas (UTE) que tiene la concesión de los autobuses turísticos en Madrid desde que el Ayuntamiento regulase este servicio en el año 2000.

Sin embargo, el 30 de diciembre del pasado año, la comisión de gobierno municipal acordó modificar el contrato con Madrid Visión. Una de las decisiones fue "sustituir dos vehículos cortos de 7,35 metros; dos vehículos propulsados por gas de 12 metros y dos vehículos de impulsión eléctrica híbridos de 12 metros por tres vehículos cortos de doble piso de 10,45 metros". Es decir, el Ayuntamiento se ventilaba de un plumazo seis de los vehículos que se pedían en el concurso. Y la razón para prescindir de estos vehículos era muy sencilla: Madrid Visión no los tenía porque ni siquiera se construyen autobuses de esas características.

Los vehículos propulsados por gas eran inviables porque llevan la pila en el techo, por lo que sería imposible que éstos fuesen descapotados y de dos pisos. Mientras, los de impulsión eléctrica híbridos tampoco se construyen del tamaño que el Ayuntamiento de Madrid requería para la prestación del servicio. Por tanto, el Consistorio introdujo en el concurso una quimera que tan sólo uno de los participantes aseguró que cumpliría.

El director de la base de Madrid de la concesionaria, Antonio Barinaga, asegura que fue la empresa encargada de fabricar los vehículos, Iveco, la que aseguró que fabricaría los vehículos, pero después se desdijo y aseguró que era imposible. En una línea parecida se expresa Fernando Autrán, delegado municipal de Servicios a la Comunidad: "La fábrica que hacía los vehículos eléctricos los dejó de fabricar y, por tanto, no los pudieron servir. Los de gas sí los adquirieron, pero eran cerrados, por lo que no servían". Y añade: "Sin embargo, estos requisitos no fueron determinantes a la hora de la adjudicación". El pliego de condiciones del concurso establece que sobre un total de 27 puntos posibles, cinco correspondían a ofertar estos autobuses.

Uno de los cinco participantes en el concurso, City Sightseeing, ha recurrido ahora ante un juzgado de lo contencioso-administrativo de Madrid la decisión de la comisión de gobierno municipal de modificar el contrato. No son los únicos. También el grupo municipal de Izquierda Unida está estudiando la forma de recurrir la decisión del ejecutivo de Ruiz-Gallardón. "El contrato ha sido incumplido sistemáticamente y lo que ha hecho este gobierno ha sido readecuarlo, en lugar de denunciarlo. Nosotros hicimos un recurso de reposición, pero nos han dicho que no tenemos derecho a presentarlo y que lo único que podemos hacer es querellarnos. Estamos estudiando qué hacer".

Sabanés critica que, a su juicio, "el equipo de gobierno haya permitido que se incumpla algo que fue determinante para conceder la licencia. A diferencia de lo que ha sucedido recientemente con los relojes [el Ayuntamiento reclama 6,8 millones de euros a la empresa Planigrama por carecer de la tecnología necesaria para ejecutar la oferta que hizo para la instalación de relojes y termómetros callejeros], en esta ocasión Gallardón no pide nada a una empresa que ha incumplido la oferta de autobuses ecológicos que hizo".

Pero además de los cuatro autobuses "ecológicos", el Ayuntamiento ha decidido sustituir dos vehículos cortos de 7,35 metros. En este caso la razón no es que no se puedan hacer, sino que son demasiado pequeños. "¿Qué sentido tiene pedir dos autobuses cortos en el concurso para luego no utilizarlos nunca?", se pregunta la portavoz de Izquierda Unida.

Otras decisiones que adoptó el Ayuntamiento cuando actualizó el contrato a finales del pasado año fue cambiar los itinerarios correspondientes a las tres rutas y modificar la titulación exigida al personal que ejerce de guía en el autobús. También se actualizaron las tarifas para usuarios.

No es ésta la primera vez que la concesión a Madrid Visión (válida para 10 años) se sitúa en el meollo de la polémica. En noviembre de 2001, apenas nueve meses después de haberse rubricado el contrato, María Tardón, entonces tercera teniente de alcalde y concejal de Policía Municipal y Tráfico, reconoció que Madrid Visión incumplía de manera "grave y reiterada" el pliego de condiciones que regulaba el contrato. El Ayuntamiento multó en dos ocasiones a esta empresa por no tener en servicio el número de vehículos a que se había comprometido. Tardón llegó a amenazar a Madrid Visión con la rescisión del contrato: "Sabemos que la empresa alega que los incumplimientos no son imputables a ella, pero, si hay un incumplimiento grave y reiterado, se podría rescatar la concesión".

El Ayuntamiento reguló la situación de este servicio a finales del año 2000 después de que hasta cinco empresas distintas emprendiesen una dura batalla por ofrecer sus autobuses a los turistas en Madrid. En mayo de 2001, la Policía Municipal incluso tuvo que intervenir para impedir que los autobuses de una compañía siguieran circulando, cuando la concesión estaba ya en manos de Madrid Visión.

La empresa asegura que dispone de "los más avanzados autobuses panorámicos" dotados de asientos anatómicos, sistema de audio con información turística en ocho idiomas, piso bajo para minusválidos y rampa para personas con movilidad reducida.

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