"La mayoría absoluta es la más democrática"

Manuel Chaves González (Ceuta, 1945) asume la presidencia de la Junta de Andalucía por quinta vez consecutiva, en esta ocasión con mayoría absoluta. Para el también presidente del PSOE, la mayoría absoluta, en general, ha sido "denostada y desprestigiada", pero sostiene que "es la más democrática que existe". Afronta su quinto mandato con el reto de reformar el estatuto y de impulsar un ambicioso proyecto, la Segunda Modernización de Andalucía.

Manuel Chaves está más seguro y eufórico que nunca. Y lo proclama: el jueves pasado le dijo a Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER, que se siente "feliz como un pájaro", y que aún está "en una nube".

Pregunta. Cinco mandatos seguidos como presidente de la Junta. ¿Corre el riesgo de caer en cierto caudillismo?

"Si hay indicios, no voy a tener inconveniente en que haya comisiones de investigación"

"El PP me llamó separatista por pedir la reforma del estatuto y ahora acepta debatirlo"

"La vuelta de Arenas a Andalucía ha sido forzada; ha perdido su peso político en Madrid"

"Corrupción y abuso de poder no ha habido en mis Gobiernos ni los habrá"

Respuesta. No. En una sociedad democrática como la nuestra, eso ni siquiera se puede apuntar, porque los andaluces son gente libre y madura para saber qué es lo que quieren a la hora de votar. La gente ha percibido que el PSOE ha provocado la gran transformación de nuestra tierra e insuflado autoestima a los andaluces. Ésas son las razones, más que la impronta personal que pueda tener yo como presidente de la Junta de Andalucía, de los cinco mandatos seguidos.

P. ¿No habría sido conveniente una alternancia?

R. La alternancia no es la condición sustancial de un sistema democrático. No estoy de acuerdo con que esa sea la base esencial del sistema democrático. Lo esencial es la posibilidad de la alternancia, la decisión democrática y libre de los ciudadanos.

P. Ha ganado por quinta vez y además obtiene por segunda vez mayoría absoluta (la primera, en 1990). ¿Usted lo ha hecho muy bien o el PP lo ha hecho muy mal?

R. No hay una razón única para explicar la victoria del PSOE y la derrota del PP. Hay muchas razones, y no exclusivamente de ámbito andaluz. Hasta ahora hemos hecho lo más difícil, nos queda por hacer lo más importante: el proyecto de cambio, de impulso, para Andalucía que se llama Segunda Modernización. Se ha valorado nuestra gestión, la manera de hacer política y ese proyecto de cambio. Por el contrario, el PP no ha sabido hacer las cosas: no ha generado confianza, ni credibilidad, ni ha tenido liderazgo. Y eso, cuando disponían de una baza importante: el Gobierno de la nación, desde el que podían hacer una política de solidaridad y con matices andaluces. Pero no lo han hecho, han hecho todo lo contrario. Aznar y el PP creyeron que la rentabilidad electoral en Andalucía la podían tener si acosaban y asfixiaban económicamente a la Junta. Los andaluces lo han detectado y lo han castigado en las urnas.

P. Los socialistas gobiernan Andalucía desde hace 22 años y tienen como mínimo otros cuatro años con mayoría absoluta. ¿Puede ser un peligro esa mayoría para el juego democrático ?

R. La mayoría absoluta ha sido denostada y desprestigiada en muchas ocasiones. En términos generales, muchas veces del ejercicio de la mayoría absoluta se han derivado ciertos vicios. Pero hay que partir de que la mayoría absoluta es una mayoría democrática, es la mayoría más democrática que existe. Lo que ocurre es que ejercer o gestionar la mayoría absoluta es difícil, diría incluso que es más difícil que gestionar una mayoría relativa. Soy consciente de que los andaluces no me han dado un cheque en blanco para hacer lo que yo quiera, sino un mandato para gestionar de una manera sabia, para ejercer un determinado talante. Ese es el gran reto que tengo.

P. ¿Le preocupa caer en los vicios del partido único: corrupción, desidia, prepotencia, tras tantos años en el poder?

R. No. Me puedo equivocar o puedo cometer algún error. Pero puedo garantizar que problemas de corrupción, de abuso de poder, de prepotencia o de intolerancia, en mi Gobierno nunca se han producido, con mayoría o sin mayoría absoluta, y tampoco se van a producir en esta legislatura.

P. ¿Apoyará desde su mayoría comisiones de investigación si las pide la oposición?

R. No tengo miedo a las comisiones de investigación. Lo que sí pido a la oposicion es rigor, seriedad y coherencia. No se puede pedir una comisión de investigación siempre que aparezca alguna noticia en algún medio de comunicación, con la única intención de echar fango contra el Gobierno, sin pruebas, ni indicios. Cuando los haya, no voy a tener ningún inconveniente para que se abra una comisión de investigación en el Parlamento.

P. ¿Ha bajado ya de la nube, tras la aprobación por la Unión Europea de la OCM del aceite, el algodón y el tabaco?

R. Algunas veces, parece que los políticos no podemos tener un momento o unos días de disfrute...

P. Pero la OCM está ahí...

R. Sí, sí, claro. La OCM del algodón y del aceite son negativas para Andalucía. Van a representar una merma de los fondos europeos para nuestros cultivos. Eso hay que reconocerlo así y vamos a estudiar con el Ministerio de Agricultura la posibilidad de que el Gobierno recurra ante el Tribunal de Luxemburgo. Pero lo que me parece una frivolidad, una deslealtad, es que el señor Acebes [secretario general adjunto del PP] cargue la responsabilidad de lo que ha ocurrido sobre un Gobierno y un ministerio que sólo llevaba tres días gobernando, mientras ellos llevaban nueve meses negociando.

P. ¿Esperaba la victoria de Zapatero?

R. Sí. Es evidente que tenía dudas, pero las encuestas apuntaban en esa dirección. Cuando las encuestas nos daban mayoría absoluta en Andalucía, yo sabía por experiencia que la orientación y el sentido del voto en España estaba cambiando positivamente para el PSOE.

P. ¿Qué le aporta el PSOE, además de votos, al Gobierno de Madrid?

R. El proyecto que hemos venido ejecutando en Andalucía desde la Junta es indudable que ha tenido una notable influencia, no voy a decir toda, en el proyecto que el PSOE presentó en las elecciones generales del 14 de marzo. ¿Por qué? Porque era el Gobierno socialista más importante que había en España, era uno de los grandes escaparates que teníamos los socialistas ante la opinión pública española. Muchas de las iniciativas que se habían puesto en marcha en Andalucía, en el campo educativo, en el social, en el sanitario, en la investigación, se incorporaron al programa del PSOE con el que nos presentamos a las elecciones generales del 14 de marzo.

P. La ex candidata del PP Teófila Martínez dice que usted ha pasado de la confrontación a la "afonía política". ¿Se va a escuchar su voz con la misma potencia en Madrid estando Zapatero en La Moncloa?

R. Ni afonía, ni silencio cómplice, ni sumisión ante Zapatero. Nosotros no hemos buscado la confrontación, hemos defendido lo que creíamos que era razonable y justo para Andalucía ante la sinrazón del Gobierno de Aznar.

P. ¿Siente que pierde protagonismo en la política nacional con Zapatero en La Moncloa?

R. Espero no perderlo. Uno de los activos más importantes que ha conseguido Andalucía en los últimos años es tener peso político en el conjunto nacional. Ahora bien, es indudable y evidente que el gran referente de la política socialista ahora en toda España es Zapatero.

P. ¿Se siente un poco el abuelo del PSOE?

R. No, tengo 58 años, no tengo edad para ser abuelo. Pero es cierto que soy una de las pocas personas de la generación política del 82 que todavía sigue en activo, y pienso que Zapatero, y en eso creo que sí he tenido una labor singular, ha sabido combinar e integrar la generación política de Felipe González con la generación que Zapatero representa.

P. ¿Qué recuerdo le queda de Aznar?

R. Aznar se equivocó de talante hacia los españoles. Lo que él trasladaba era arrogancia y prepotencia, tanto personal como políticamente. Eso no lo aceptó, sobre todo en los últimos tiempos, la ciudadanía española. Dicho esto, he de señalar que Aznar ha sido presidente del Gobierno de España durante ocho años y por lo tanto ahora, como ex presidente, merece respeto y consideración. Pasa a formar parte del patrimonio de ex presidentes de España, más allá de que yo no haya estado de acuerdo ni con su gestión, ni con su política, ni con su forma de actuar, ni por supuesto con esa decisión absolutamente injusta, arbitraria, de llevarnos a la guerra de Irak.

P. ¿Se sintió en algún momento ninguneado, humillado, porque no le contestara sus cartas o no le recibiera en Moncloa?

R. Cuando uno cree que lleva la razón, que actúa justamente, no tiene por qué sentirse ni humillado ni ninguneado. El PP y el señor Aznar han pagado por ese tipo de talante en las urnas.

P. Javier Arenas ha vuelto a Andalucía. Aquí perdió en dos ocasiones frente a usted. ¿Se le premia o se le castiga?

R. No sé si será un premio o un castigo. Hacer política en Andalucía es un honor, debería de ser un honor y una satisfacción. Por lo menos, lo es para mí. Arenas huyó de Andalucía, sí, porque en Madrid había mucho más calor que aquí, después de perder las elecciones en 1996. Tengo la impresión, aunque me puedo equivocar, de que la vuelta de Arenas a Andalucía ha sido una vuelta forzada por las circunstancias, no creo que haya sido por su propio gusto...

P. también usted ha reconocido que vino forzado en 1990...

R. No es lo mismo. Creo que él ha perdido su sitio, ha perdido su peso político y su espacio en Madrid. Eso sí, le deseo que tenga acierto en Andalucía. No me importa tener una oposición política aquí mejor que la que ha habido hasta ahora. Pero tengo claro, lo digo con absoluta sinceridad, que la estrategia del PP y del Gobierno del PP en relación con Andalucía no fue diseñada en Andalucía, sino en Madrid. Y el gran responsable ha sido el señor Arenas.

P. ¿Será más difícil como contrincante que Teófila Martínez?

R. Nos hemos enfrentado dos veces: en 1994 y 1996, y ahí están los resultados. No me preocupa que se haya cambiado de contrincante. Lo que me preocupa es que el punto de referencia político del PP en Andalucía, Arenas, no esté en el Parlamento andaluz, porque no es diputado aquí. El debate político debe tener lugar prioritariamente en el Parlamento y no fuera.

P. Teófila Martínez dice que Zapatero le ha hecho a usted "un corte de mangas" por la paralización del trasvase del Ebro.

R. Ese es el estilo que ha tenido el PP durante todos estos años. Ha habido incluso un dirigente popular [Rafael Hernando, diputado por Almería] que pidió mi dimisión antes de ser investido. En relación con el trasvase: nunca se ha gestionado tan mal por un gobierno el tema del agua como lo ha hecho el PP. Cuando el agua debería de ser un elemento de cohesión territorial, el PP, como consecuencia del trasvase del Ebro, lo convierte en un problema de enfrentamiento territorial. La propuesta que ha hecho Zapatero garantiza para Almería más agua, llegará más rápidamente y será más barata.

P. Arenas dice que "la calle es de todos" y que está dispuesto a salir a la calle para defender el trasvase.

R. Sí, sobre todo él, que siempre acusaba a los socialistas de pancarteros, parece que ahora le va a coger gusto a la pancarta. Pero estoy convencido de que no va a tener ningún éxito.

P. Usted ha situado a muchos de sus colaboradores en puestos importantes de Madrid, empezando por dos ministerios. ¿Se ha quedado sin banquillo?

R. Quiero puntualizar que yo no he "situado" a nadie. Ha situado Zapatero, para que queden las cosas absolutamente claras. Yo no le he pedido a Zapatero que nombrara ministras andaluzas...

P. ¿No quería que hubiera "cuota" andaluza?

R. No he pedido nunca cuota. Zapatero conoce bien a las personas y me imagino que él tendría referencias de todos los ministros de su Gobierno. El tema de las cuotas territoriales siempre me han puesto nervioso, incómodo. Por referirme a mi Gobierno: con sinceridad, y espero no molestar a nadie, el tema de las cuotas territoriales es un planteamiento reaccionario, bastante insano, que hay que corregir.

P. Ocho mujeres y seis hombres, ¿le ha querido ganar por un gol a Zapatero?

R. No, en absoluto. No he tenido la intención previa a la hora de elaborar mi Gobierno de que hubiera más mujeres que hombres. He colocado en las consejerías a aquellas personas que yo consideraba más adecuadas. Después, al hacer la suma, han salido más mujeres que hombres.

P. Una de las grandes propuestas de su nuevo mandato es la reforma del Estatuto. Usted planteó esa reforma por primera vez en 2001, pero el PP le acusa de seguir los pasos de vascos y catalanes, incluso de "servir de coartada" a Pasqual Maragall.

R. En efecto, fui el primer presidente de un gobierno autonómico que propuso la reforma del Estatuto. Antes que Maragall o Ibarretxe. En segundo lugar, ha habido un cambio importante, que valoro positivamente, en la posición del PP: hace meses, desde ese partido me acusaban de separatista, de estar en la anti España porque propuse la reforma del Estatuto. Ahora, el PP acepta entrar en el debate.

P. ¿Por qué cree que Arenas ha cambiado de posición?

R. Porque si no lo hacía iba a cometer el mismo error que cometió la derecha en el inicio de la autonomía andaluza, cuando UCD se opuso a la vía rápida del 151. Como ahora han cambiado, ya no soy separatista, ya no estoy en la anti España, aunque utilizan el tema de la coartada al señor Maragall. Pero claro, todos sabemos que el señor Piqué, que es el presidente del PP de Cataluña, ha aceptado la reforma del Estatuto catalán. Por lo tanto, la pregunta que le haría al PP es si el señor Piqué le está sirviendo de coartada al señor Carod Rovira o al señor Maragall.

P. ¿Cuáles son los puntos clave de la reforma en Andalucía?

R. Hemos entregado un documento de bases en el Parlamento, en el que se recogen propuestas de reforma, sin ningún ánimo excluyente: articulación del territorio; nuevos derechos y deberes de los nuevos andaluces, por ejemplo de los inmigrantes; derechos y obligaciones como consecuencia de las nuevas tecnologías y de la sociedad del conocimiento; la participación en Europa, etcétera.

P. Entre el "café para todos" y la "España asimétrica", ¿cuál es el punto de equilibrio?

R. La España que garantice la igualdad de los ciudadanos y de los territorios. Ello tiene que ser compatible con el respeto a las diferencias. Pero diferencia no es sinónimo de desigualdad.

P. ¿Admitiría que Cataluña tuviera competencias que le estuvieran vedadas a Andalucía?

R. No. Eso no quiere decir que todas las autonomías tengan que tener las mismas competencias, sino que deben tener el derecho a tener las mismas competencias. Las que, dentro de la Constitución, quieran tener y sean capaces de asumir.