La suerte de los campeones
Renault no ha tenido ningún problema en diseñar un motor radicalmente nuevo en menos de ocho meses, pero al desechar el atrevido concepto con el que volvió hace dos años a la fórmula 1, el ángulo muy abierto que le permitía bajar el centro de gravedad del bólido, la estabilidad parece haberse resentido algo, lo suficiente como para que, de momento, Fernando Alonso no esté luchando para hacerse con una de las tres primeras plazas, que son las que marcan la diferencia.
Pero Renault es, en estos momentos, el equipo que más posibilidades tiene de acercarse a la perfección de Ferrari, con permiso, claro está, del sorprendente trabajo de Dave Richards en BAR-Honda. La mejor prueba de la solidez que ha alcanzado el equipo humano formado por Flavio Briattore es que nadie echa de menos en Renault a Mike Gascoigne, el mítico director técnico que el año pasado decidió aceptar la oferta multimillonaria de Toyota. Para ocupar su puesto, Briattore no salió, talonario en mano, a fichar entre los grandes nombres del circo. Su sucesor, Bob Bell, ya estaba en la casa, de modo que la transición se ha hecho con la máxima suavidad y los mínimos problemas.
Los ases son capaces de detectar el momento preciso en que se decide todo
Las carreras, sin embargo, se deciden a menudo por pequeños detalles. Decisiones o casualidades que desarman las estrategias más elaboradas y plantean situaciones con las que nadie contaba de antemano. A los campeones, claro está, les sonríe la suerte y son capaces de detectar ese momento preciso en el que se decide todo. Para Michael Schumacher esto sucedió ayer en las primeras curvas de la primera vuelta, cuando le cerró la puerta de mala manera a Juan Pablo Montoya. La carrera en Imola hubiera sido otra con el colombiano por delante. Los Ferrari no son tan superiores al resto de los bólidos, como lo demuestra la frustrante actuación de Rubens Barrichello.
Para Alonso lo fueron esas dos vueltas con los depósitos vacíos que le permitieron salir del tercer repostaje por delante de su compañero, Jarno Trulli, y del propio Barrichello. ¿Por qué Briattore le hizo entrar en boxes más tarde? Más previsible era el adelantamiento a Ralf Schumacher, a quien el piloto asturiano parece tenerle comida la moral. Por falta de vueltas nos quedamos sin saber qué hubiera pasado con Montoya.
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