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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El amor al juego del 'chef' Dani García

TRAGABUCHES, en Ronda, uno de los restaurantes españoles de referencia

José Carlos Capel

Sin hacer ruido ni buscar la notoriedad a golpes de disparates, en el transcurso de los últimos años Tragabuches se ha convertido en uno de los 10 mejores restaurantes de España. Su imparable progresión es fruto de un equipo disciplinado. A su cabeza, Manuel María López, propietario, que ha sabido impulsar una evolución controlada. Y al frente de las cocinas, Dani García, el mejor profesional andaluz de todos los tiempos, que a sus 28 años se vale de técnicas de vanguardia para elaborar especialidades deslumbrantes. En sus mesas se disfruta de materias primas excepcionales, se saborean platos malagueños tradicionales y se tropieza con sugerencias a la última. ¿Se puede elaborar alta cocina moderna sin dar la espalda a las raíces y sin caer en los tópicos de siempre?

TRAGABUCHES

José Aparicio, 1. Ronda (Málaga).

Teléfono 952 19 02 91.

Cierra domingos noche y lunes.

Precio medio: entre 50 y 70 euros. Menú degustación, 68,35 euros. Tapas del menú, 38 euros. Menú degustación de postres, 28,50 euros. Ajo blanco malagueño con almejas, 14,75 euros. Arroz guisado de cocido rondeño, 11,75 euros. Carrillada de cerdo con manteca colorá, 20,10 euros. Torrija de vino tinto, pera y leche merengada, 9,50 euros.

Pan ... 7,5

Café ... 7

Bodega ... 8,5

Ambiente ... 8

Servicio ... 8

Aseos ... 7

Texturas insólitas

Frente a la homogeneidad y la rutina imperantes, Tragabuches defiende un estilo apegado a la tierra. A sus múltiples virtudes suma el elevado sentido dietético de su cocina. Para colmo, sus recetas ofrecen texturas insólitas, coagulaciones milimétricas y ultracongelaciones futuristas resultado de las serias investigaciones que respalda Raimundo G. del Moral, catedrático de la Universidad de Granada. Con el concurso de nitrógeno líquido, García prepara carpaccios de aceite de oliva y otras propuestas inverosímiles. Entre ellas, su aceite de oliva en polvo (sémola helada) con micropartículas de ajo frito y pan tostado, unas migas virtuales. O las falsas palomitas de aceite y tomate, que sirven de guarnición a unas soberbias quisquillas de Almuñécar (Granada). O las minibolitas heladas de aguacate sobre crema de maíz (quicos), imposibles de realizar sin poseer una técnica avanzada.

A base de interpretar sabores de siempre con sistemas sofisticados, su rutilante menú degustación va de lo sugerido a lo real y de lo intuido a lo insólito. Ningún cocinero en España podría superar el taco de lubina que García confita al vacío con grasilla de la propia ventresca. Semejante finura presentan el gazpachuelo malagueño de cigalas, y la olla gitana (judía, calabaza y garbanzos) con tropezones de dátiles de mar y vieiras mediterráneas.

Lamentablemente, a delicadezas como el ajo blanco de piñones con crestas de gallo siguen un paté de perdiz insulso y el guiso de chivo de la serranía, plato decepcionante.

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Dani García, el <i>chef</i> del restaurante Tragabuches, en Ronda.
Dani García, el chef del restaurante Tragabuches, en Ronda.JULIÁN ROJAS

MENÚ DEGUSTACIÓN Y DULCES

EL MENÚ DEGUSTACIÓN de Tragabuches (68,35 euros), que componen nueve tapas, cuatro platos y dos postres, es un auténtico festín tan largo y abundante que llega a resultar desmesurado. Las tapas constituyen, por sí solas, un bloque independiente. Si se desea picar y comer a base de pequeños bocaditos cabe optar por una selección abreviada. Por 38 euros se pueden probar ocho aperitivos de diseño extraídos de su menú degustación. Debido a sus especiales características, otros tres platos de la carta sólo se sirven en medias raciones. Es el caso de la olla gitana con vieiras, del ajo blanco de piñones y de las quisquillas con palomitas de tomate. Con los postres, la casa baja el nivel de forma apreciable. Los dulces constituyen la gran asignatura pendiente de Dani García, como demuestran el melocotón a la vainilla, y la torrija de vino tinto con pera y leche merengada, que no dan la talla. Aun así, los adictos al azúcar pueden disfrutar con un menú de postres, todos de perfiles modernos aunque bien anclados en la tierra. Por 28,50 euros el listado incluye yemas a la vainilla y café; papilla de cinco cereales con chocolate; pestiños con compota de mandarinas, y torrija al vino con pera.La casa comete el error de presentar la bandeja de aceites de oliva vírgenes-extra en botellas anónimas sin marcas, un fallo inexplicable. Nada que ver con la bodega, de gran envergadura, con mantenimiento y servicio a cargo de Miguel Ángel Conde, profesional de campanillas. Concluye con una acertada selección de vinos dulces.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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