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Riada humana de Alicante a la Santa Fa

El extrarradio de Alicante exhibió ayer su estampa religiosa y costumbrista anual más emblemática: un interminable reguero humano discurriendo desde el corazón del casco histórico hasta el monasterio de la Santa Faz. La multitudinaria riada humana fue convocada una vez más por la romería de la Santa Faz, que, con el paso del los años, ha impregnado su génesis religiosa -venera el sacro sudario de Cristo- de carácter lúdico, de mera jornada campestre, muy celebrada por los alicantinos.

Pese al cuasi ambiente primaveral reinante, la participación en la romería fue menor. Según cálculos de la Policía, unas 200.000 personas realizaron la peregrinación -el pasado año esta fuente elevó hasta los 300.000 el número de romeros-. La menor afluencia de público no reflejó el número de incidentes y asistencias sanitarias. Al igual que en años anteriores alrededor de 200 personas fueron atendidas de diversas lesiones -lipotimias, intoxicaciones y heridas leves por caídas y golpes- por parte de servicios de Cruz Roja y Protección Civil.

Pese al ambiente casi primaveral, el número de romeros fue menor que en años anteriores

La romería partió a las ocho de la mañana de la concatedral de San Nicolás, en el centro de la ciudad. Antes de iniciarse la caminata se repartieron las cañas con romero, distintivo ineludible para los peregrinos más puristas, que completan el vestuario con el típico blusón negro y pañuelo. Pero entre éstos, se mezcla un grueso de personas -sobre todo jóvenes- cuyo aspecto externo -vaquero, camiseta y deportivas- delata claramente su vocación lúdica.

La Peregrina, como popularmente se conoce a la romería, iba precedida por la comitiva religiosa, presidida por el obispo de Orihuela-Alicante, Victorio Oliver. Tras el clero, el estamento político. Entre ellos, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla.

Al llegar al monasterio el obispo ofició la misa. Después, llegó el momento más esperado por los devotos. Se sacó del camerín la reliquia objeto de veneración, ante la cual empezaron a desfilar y postrarse los romeros. Según la tradición, el monasterio de la Santa Faz guarda uno de los pliegues del sudario con el que supuestamente la Verónica secó el rostro de Cristo en su camino al monte Calvario. Para adorar el sudario, la Iglesia estableció esta romería que, anualmente, se celebra el tercer jueves de la dominica in albis.

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