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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cierra el Centro M-86

El Madrid 2012 ya se está cobrando sus primeros daños colaterales. Desde el Instituto Madrileño del Deporte, el Esparcimiento y la Recreación (así lo llaman y no sé quién tendrá la culpa de ello) nos piden "colaboración" a los usuarios del Centro de Natación M-86, dependiente de la Comunidad. Al mismo tiempo, nos anuncian que los miles de usuarios que pasamos por la piscina al día, muchos niños y gente mayor entre ellos, tenemos que dejar de hacerlo durante un mes.

Nos cierran la piscina entre el 21 de abril y el 21 de mayo para que allí se celebre el Campeonato Europeo de Natación (5-16 de mayo) y así contribuir a "un gran evento deportivo para la ciudad de Madrid en su carrera para ser sede olímpica en el año 2012".

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La "colaboración", por supuesto, es obligatoria, dotando a la palabrita de un nuevo significado para colocar en el diccionario.Imagino que a otros muchos de los usuarios de la piscina les importa, como a mí, un auténtico pimiento el 2012 y el Campeonato Europeo de Natación, acontecimientos con los que de ninguna manera colaboraríamos si no fuera porque es obligatorio. Será otra forma de ser madrileño, supongo.

Más que los cuerpos esqueléticos y malformados de los deportistas de élite, me interesan los normales, los barrigudos, los contrahechos, los paticortos, los hermosamente naturales que allí nos citamos quizá para el esparcimiento y la recreación más que para el deporte; cuerpos que creía que teníamos derecho a la ilusión: por ejemplo, a intentar cruzar sin desfallecer 50 metros a nado en más de dos minutos. Ese es el récord para muchos de los que no nos tiramos al agua para competir, sino para mantenernos un poquito a flote entre tantas calamidades. Ése es el deporte que queremos ahora, en el 2012 y cien años después. Quién sabe; lo mismo, despacito, despacito, algunos conseguimos llegar más lejos, como el mastín frente al galgo.

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