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Crónica:FÚTBOL | 33ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Celta aprieta los dientes en Albacete

De la combinación de seriedad defensiva y pegada extrajo el Celta su primera alegría en dos meses largos. Tras ocho partidos sin vencer salieron los de Vigo del Carlos Belmonte con los tres puntos y la sensación de que aún es posible el milagro, aunque las cuestiones de orden estético queden aparcadas. En Albacete mantuvo su puerta a cero por tercer partido consecutivo, el tercero desde que se fue Antic, pero esta vez compensó su oficio en la zaga con una deslumbrante administración de sus oportunidades: tuvo cuatro y convirtió dos. Y aún más importante: resistió al conato de ataque de ansiedad que durante algunos minutos pareció poner en peligro el resultado.

Por supuesto, el partido fue un horror. El Albacete trató la pelota como a un trapo, y el Celta se resguardó detrás de la seguridad defensiva que le da saber al fin cuál es su zaga titular. De la continuidad de Velasco, Berizzo, Méndez y Juanfran han llegado tres encuentros sin goles en contra, todo un tesoro para un equipo que había hecho de las goleadas costumbre. Además, esta vez el equipo gallego acertó con la portería rival

ALBACETE 0 - CELTA 2

Albacete: Almunia; Óscar, Buades, Siviero, Peña; Viaud, Parri (Álvaro, m. 29); P. Redondo, Pacheco (Mikel, min. 53), Munteanu; y Fabiano (Aranda, min. 46).

Celta: Cavallero; Velasco, Méndez, Berizzo, Juanfran; Giovanella, Oubiña; Ángel, Edu (Sylvinho, m. 81), Gustavo López (Jesuli, m. 53) (Ilic, m. 84); y Milosevic.

Goles: 0-1. M. 21. Juanfran, de cabeza.

0-2. M. 46. Gustavo López, de cerca.

Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó a César Ferrando, técnico del Albacete y a Sylvinho (m. 87). Amonestó a Pacheco, Juanfran, Viaud, Montiel, Peña, G. López, Redondo, Giovanella y Aranda.

16.000 espectadores en el Carlos Belmonte.

Claro que la tranquilidad es un concepto muy relativo en el equipo vigués. Si durante la primera parte transmitió la sensación de tener el partido bajo control, en cuanto Gustavo López anotó el segundo gol, a la vuelta del descanso, cedió demasiado terreno y pasó a vivir de los despejes de sus centrales. Pero los celestes apretaron los dientes, y conservaron una victoria que le permite creer en la salvación.

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