Un magistrado para combatir la violencia
José Luis Rodríguez Zapatero ha escogido para dirigir la lucha contra el terrorismo y la inseguridad ciudadana a un magistrado que fue portavoz de Jueces para la Democracia (1994-1998) y en el que confía plenamente desde hace muchos años, porque fueron compañeros de carrera en la Facultad de Derecho de León y les une desde la juventud una gran amistad.
Su reciente trayectoria le encaminaba hacia el Ministerio de Justicia si el PSOE ganaba las elecciones -a comienzos de este año dejó el Consejo General del Poder Judicial, a donde había llegado en 2001, para presentarse, como independiente, en la candidatura socialista para el Congreso por León-. Pero Zapatero ha recurrido a él -juez por oposición, leonés, de 44 años, con hondas convicciones democráticas- para conducir una de las tareas más difíciles y delicadas que tiene que afrontar este Gobierno: aumentar la seguridad, con un mejor aprovechamiento de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y combatir el terrorismo, con todos los instrumentos del Estado de derecho.
Alonso, casado y con un hijo, a diferencia de casi todos los demás integrantes del Gabinete, no había tenido hasta ahora responsabilidades políticas. Pero sí había demostrado un compromiso con la democracia y la mejora de su calidad. En el Consejo General del Poder Judicial ha defendido la concepción de la Administración de justicia como servicio público para los ciudadanos y ha combatido con dureza planteamientos de la mayoría, conservadora, que consideraba regresivos.
Zapatero le ha elegido para ministro de Seguridad porque está convencido de que este magistrado utilizará la fuerza contra los violentos sin menoscabo para los derechos humanos de éstos ni para las libertades de los ciudadanos que respetan la ley.
