Manuel García recibe el finiquito como director del Espai de Castelló
Dos trabajadores del anterior equipo se perfilan al frente del centro
Seis meses ha durado Manuel García al frente del Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC). García recibió el pasado miércoles el finiquito del director de Castellón Cultural, Vicente Farnós, por lo que el 1 de mayo acaba su etapa al frente del centro, protagonizada por la polémica a raíz de la decisión Consejería de Cultura de mutilar parte de una exposición sobre la violencia, como el catálogo.
García manifestó ayer desde Santander que esta semana se le ha comunicado que no se le renovará el contrato de seis meses. No obstante, el crítico de arte entiende que su nombramiento para el cargo, a propuesta de la secretaria autonómica de Cultura, Consuelo Ciscar, tiene un carácter de confianza y, en consecuencia, considera que su designación debía ser para toda la legislatura, y no los seis meses que estipula el contrato laboral. García asegura que la idea inicial era ir renovando "automáticamente" el contrato.
Fuentes de la Consejería de Cultura afirmaron ayer que simplemente se le ha remitido la carta anunciándole con 15 días de antelación, como marca la ley, la no renovación del contrato.
Dos trabajadores del EACC, que ya formaban parte del anterior equipo del centro que dirigía José Miguel Cortés, se perfilan como directora y subdirectora del mismo. Se trata de Lorenza Barboni, que ejercía funciones administrativas y de relación con los medios de comunicación, y de Juan de Nieves, actual coordinador de exposiciones. La primera será directora y el segundo, subdirector, según comentó ayer el propio García. El consejero de Cultura y máximo responsable de Castellón Cultural, Esteban González, propuso el nombre de ambos en una reciente reunión del consejo de administración de la entidad cultural.
Barboni y De Nieves trabajaban en la anterior etapa en que el EACC alcanzó una importante proyeccción en medios artísticos contemporáneos de España.
La polémica por la exposición Tinieblas se generó al considerar González Pons que parte de su contenido podía ser interpretado como apología de la violencia, lo que rechazaron los artistas representados y todos los implicados. Alguno incluso pidió retirar sus obras. Además, ha habido importantes desavenencias en el seno del EACC. Tampoco ha jugado a favor de García el hecho de que fuera un cargo de confianza de Ciscar.
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