La juez interroga a dos detenidos por el asesinato de un hombre en Baeza

La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Baeza (Jaén) interrogó ayer a dos de los cuatro inmigrantes marroquíes detenidos por su presunta participación en el crimen de Francisco Navarrete Moreno, de 22 años, ocurrido a las puertas de una discoteca baezana el pasado 17 de enero. Sin embargo, la juez optó finalmente, alegando falta de tiempo y malas condiciones meteorológicas, por suspender la reconstrucción de los hechos a pesar del fuerte dispositivo policial que había en las calles del municipio.

Los dos súbditos marroquíes que prestaron declaración en el Juzgado baezano fueron Mohamed Khissi y Abdelkarim Khrissi, que fueron detenidos en las horas posteriores al crimen. El primero de ellos está acusado del presunto delito de homicidio y el segundo como coautor de los hechos. Los dos, junto a otros dos marroquíes detenidos con posterioridad como cómplices del suceso, se encuentran en prisión provisional sin fianza y recluidos en el centro penitenciario Jaén II. Todos ellos tenían permiso de residencia de España y se encontraban en Baeza participando en la campaña de recolección de la aceituna.

La juez va a incorporar los interrogatorios de los dos detenidos a la instrucción de este caso, que consternó el pasado mes de enero a los vecinos de Baeza. No obstante, fuentes de la investigación aseguraron que aún se está a la espera de las pruebas de ADN remitidas a Madrid y también otras sobre la sangre del fallecido.

Los hechos que acabaron en tragedia se produjeron la noche de un sábado en las puertas de la discoteca Albacara. Por causas que se desconocen se inició una reyerta entre un grupo de inmigrantes marroquíes y otro de jóvenes de la localidad. Francisco Navarrete recibió una puñalada con arma blanca a la altura del corazón y falleció al ser trasladado al hospital San Juan de la Cruz de la vecina localidad de Úbeda. Su amigo E. J. J. H., de 20 años, resultó herido con cortes en la cara y en una mano, mientras que otro ciudadano marroquí también sufrió lesiones menos graves.

En las horas posteriores al crimen amigos y familiares del joven fallecido llevaron a cabo manifestaciones y concentraciones pacíficas de protesta, aunque también se produjeron momentos de tensión a las puertas del Ayuntamiento, donde algunos vecinos reprocharon al alcalde, Javier Calvente, cierta pasividad municipal. También llegaron a repartirse por el pueblo octavillas pidiendo la expulsión de "los moros" e instando a los empresarios oleícolas a no contratarlos.