Adiós a un "hombre bueno"

Todo el que se acercó ayer en Sevilla a dar su último adiós al cantaor Juanito Valderrama pronunció la misma frase: "Era un hombre bueno". Daba igual que se tratara de sus colegas, como Juan El Lebrijano, Pepe de Lucía o Carmen Sevilla; de políticos como el presidente de la Junta de Andalucía en funciones, Manuel Chaves, o de gente del pueblo, como un camarero jubilado, Manuel Fernández, que hace 40 años le servía en un bar sevillano al que los artistas acudían a reponer fuerzas.

El cantaor flamenco y cantante de copla Juan Valderrama nació en Torredelcampo (Jaén) hace 87 años y falleció el pasado lunes en su casa de Espartinas (Sevilla), tras sufrir un paro cardiaco. Todos los que le conocieron destacaron no sólo sus cualidades artísticas -llevaba más de 70 años en los escenarios desde que comenzó a cantar junto a la Niña de la Puebla-, sino un talante que le granjeó amigos allí por donde pasó.

Sobre las diez de la mañana de ayer llegaron las primeras personas que querían rendir homenaje al autor de El emigrante a las puertas de la iglesia de San Luis de los Franceses, uno de los templos barrocos más bellos de Sevilla. El coche fúnebre se abrió camino entre la gente por la estrecha calle de San Luis, el eje del barrio de la Macarena, pasadas las 12.30. Media hora después se abrió la capilla ardiente por la que desfilaron miles de personas hasta las seis de la tarde.

"Ha sido muy duro para mí. Aunque sabía que por ley de vida se tendría que marchar antes que yo, porque era 20 años mayor, no me lo esperaba así, tan pronto", dijo ayer su viuda, Dolores Abril, con quien pasó décadas recorriendo los escenarios de medio mundo.

Carmen Sevilla, María del Monte, Cristina Hoyos, Los del Río, José de la Tomasa, Rancapino, Israel Galván, Calixto Sánchez, Tate y Enrique Montoya, Paco Gandía, Josele... fueron algunos de los amigos de Juanito Valderrama que pasaron por la capilla. El flamenco, la copla y el espectáculo se mezclaron, como tanto le gustaba al cantaor, para despedir a un "hombre bueno". "Lo que Valderrama ha sembrado va a durar toda la vida", afirmó Carmen Tello, la esposa del torero Curro Romero, quien acudió a la capilla junto a la duquesa de Alba. Entre visitas de famosos no faltaron las de admiradores que nunca lo conocieron, como María del Carmen del Pino, de 72 años y vecina de la Macarena: "Siempre me ha gustado. Soy muy pobre para ir a ver a los artistas, pero lo he sentido mucho por la radio".

"Creo que de su época ya es el último y para nosotros ha sido el primerísimo. Como artista, el mejor de todos, y como persona, insuperable", dijo su hermano Manuel, de un extraordinario parecido físico con Juan.

"Se va un amigo con el que he compartido mucho. Lo conozco desde niño, porque mi hermano le tocaba. Fue una buena persona, algo que es muy complicado hoy día cuando existen tantas envidias", afirmó el cantaor Pepe de Lucía, hermano de Paco de Lucía.

"Ha sido el cantaor más grande que ha tenido nuestra España; un cantaor muy largo que ha dado a conocer muchos cantes y, como persona, maravilloso", aseguró Alonso Núñez Rancapino.

"Se nos ha muerto el pájaro y la miel". Este verso salió ayer de la boca de José de la Tomasa, quien como Valderrama es, además de cantaor, poeta. "Se ha ido una memoria prodigiosa y un poeta exquisito, algo que muchos no saben", añadió el de la Tomasa. "Era un hombre entrañable y generoso. Lo sabía todo en el cante y siempre estaba dispuesto a compartirlo con cualquiera", recordó El Lebrijano.

El cantaor quería ser enterrado en su pueblo. Su deseo se cumplirá hoy, tras una misa a las 17.00 en la parroquia de San Bartolomé. Antes, Torredelcampo podrá despedirse del artista en una capilla ardiente que se instaló anoche en el teatro municipal. [También ayer se informó de que un homenaje a Valderrama clausurará la Bienal de Flamenco de Sevilla (que iba a cerrar Farruquito) el próximo septiembre, a propuesta del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, según informa Europa Press].