Liturgias de cristal

Horas después de finalizar su participación en la iglesia de San Miguel en el reto del Oficio de Semana Santa, de Tomás Luis de Victoria, el grupo de canto gregoriano Schola Antiqua remató en la Catedral el Triduo Sacro o, si se prefiere, la Vigilia Pascual de la Noche Santa. Desde el punto de vista musical, la sesión fue de una belleza estremecedora, tanto en los diferentes cánticos de la Liturgia de la palabra, como en la antífonas de la Liturgia bautismal o en las secciones de la Misa -impresionante el Salmo 117 o la antífona inmediatamente posterior-. Liturgias de cristal, que diría Messiaen. El público estaba literalmente embelesado. El grupo español tuvo una actuación primorosa, verdaderamente emocionante. Si en una hipotética valoración entre los asistentes a esta Semana Religiosa de Cuenca hubiese que escoger un intérprete para el recuerdo seguramente sería Gardiner el triunfador. Mi voto iría a Asensio. Además del perfeccionamiento interpretativo de su grupo, el canto gregoriano se ha instalado como una de las señas de identidad de este festival.

Víctor Pablo Pérez dirigió a la orquesta española más mozartiana, la Sinfónica de Galicia, y al sobrevalorado coro de la Comunidad de Madrid en la hermosa Misa en do menor y un par de piezas más. Lecturas profesionales, correctas, impecables, pero sin ese chispazo de pasión. Entre los solistas vocales destacó Isabel Monar. El éxito fue total, absoluto.