Daniel Boorstin, historiador, bibliotecario y ganador de un premio Pulitzer
Daniel Boorstin, ganador de un premio Pulitzer e historiador social que fuera bibliotecario del Congreso durante 12 años, murió en el hospital Sibley Memorial de Washington DC. Tenía 89 años y vivía en Washington. La causa de la muerte fue una neumonía.
Boorstin, que era también abogado y fue profesor durante 23 años en la Universidad de Chicago, escribió más de una veintena de libros, entre ellos dos importantes trilogías, una sobre la experiencia estadounidense y la otra sobre la historia intelectual del mundo vista a través de los prismas de los descubrimientos científicos y geográficos, la obra de los artistas creativos y las ideas de profetas y filósofos. Como bibliotecario del Congreso entre 1975 y 1987, Boorstin aportó literalmente ráfagas de aire fresco a una institución pesada e intimidante cuyos 241 kilómetros de estantes y 19 salas de lectura eran terra incógnita para la gente corriente e incluso para muchos eruditos. Él ordenó que las majestuosas puertas de bronce de la biblioteca más grande del mundo permanecieran abiertas, instalando a la entrada mesas de pic-nic y bancos, fundó un centro para estimular la lectura y organizó conciertos y acontecimientos multimedia para todos. Recordando su orden de mantener las puertas abiertas, comentó: "Decían que eso podía producir una corriente de aire, y yo contesté: 'Estupendo, eso es justamente lo que necesitamos".
Boorstin, hombre de energía prodigiosa que escribía casi todos los días, casi todo el tiempo, tropezó con una pequeña complicación en su sesión de confirmación ante el Senado. Algunos senadores le exigieron que no escribiera mientras trabajara como bibliotecario del Congreso. Se negó a dejar de escribir, pero prometió hacerlo en el tiempo que era suyo. Y así lo hizo: escribía por la noche, los fines de semana y de cuatro a nueve de la tarde los días de diario. Boorstin, un hombre ingenioso, poco dado a los formalismos, políticamente conservador y partidario de las corbatas de pajarita y las ideas no convencionales, proporcionó a Estados Unidos hace cuatro décadas una visión fugaz de su futuro de reality show y sesiones fotográficas, al introducir la noción del "seudoacontecimiento" para describir eventos, como las conferencias de prensa y los debates televisivos, que se organizan para conseguir cobertura en las noticias y moldear la opinión pública. En su libro de 1962, The Image: Or What Happened to the American Dream, Boorstin citaba los debates entre Kennedy y Nixon que, según él, habían reducido los temas de interés nacional a muestras triviales de arte dramático.
Boorstin desarrolló sus teorías sociales en una efusión constante de libros que fueron populares entre muchos lectores y críticos, aunque no siempre lo fueran entre los demás historiadores. Su primera trilogía Los americanos con los subtítulos La experiencia colonial (1958), La experiencia nacional (1965) y La experiencia democrática (1973), obtuvo muchos premios. El primer volumen ganó el premio Bancroft, el segundo ganó el premio Francis Parkman y el último, que se centraba en los empresarios e invenciones del siglo posterior a la Guerra Civil, recibió el premio Pulitzer de historia de 1973. Boorstin también ganó el premio nacional del libro por su prestigiosa colaboración a las letras estadounidenses en 1989.
La segunda trilogía -un enorme edificio de erudición y palabras dedicadas a la historia intelectual del mundo, pero dirigida al lector medio- estaba compuesta por Los descubridores (1983), que se centraba en los exploradores geográficos y científicos; Los creadores (1992) sobre los artistas y su contribución; y Los buscadores (1995), que examinaba las ideas y las vidas de dirigentes religiosos y filósofos. Aunque el ámbito del libro era amplísimo, su enfoque histórico era típicamente realista: las vidas de la gente, sus preocupaciones diarias, los utensilios que utilizaban, la forma de resolver los problemas cotidianos.-
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