Ronaldinho es expulsado por dos acciones infantiles
El Barça vivía al fin una tarde placentera. La sequía goleadora había desaparecido y con dos tantos de ventaja todo resultaba perfecto hasta que Ronaldinho cometió una imprudencia y el árbitro, Losantos Omar, decidió cobrársela muy cara. Bizarri iba a sacar de portería cuando el brasileño le arrebató el balón de las manos. Losantos no lo pensó dos veces y se echó la mano al bolsillo. Tarjeta amarilla, la segunda para Ronaldinho. La primera la había visto en la primera mitad cuando el jugador no esperó a escuchar el silbato para botar una falta en el centro del campo. A lo peor Ronaldinho ni siquiera recordaba la amonestación. Pidió perdón una y mil veces a Losantos y a Bizarri, pero tuvo que marcharse.
Después del partido no quiso hablar, salió escoltado por Kluivert sin decir una palabra porque aunque el castigo había sido muy duro ya le habían recordado que había metido la pata. Fue Rijkaard en la sala de prensa. "Puede ser que Ronaldinho haya hecho dos faltas y, siguiendo el reglamento, puede ser correcto pero creo que es malo para el fútbol que un jugador que da tanto espectáculo sea expulsado por dos cosas tan ligeras. Pero no me lamento porque el árbitro tiene que aplicar el reglamento", aseguró el holandés, que no podía olvidar dar un tirón de orejas a su jugador. Según Rijkaard "Ronaldinho debe demostrar más prudencia, por que ya tenía una tarjeta y la segunda nos ha perjudicado mucho. Tiene que pensar más y ser más cuidadoso". Los compañeros de Ronaldinho insistieron en el comentario de Rijkaard. Para Motta "es injusto porque hay entradas fuertes que no tienen sanción y en cambio por dos tonterías te puedes ir a la calle".
No es la primera vez que esto le ocurre a Ronaldinho. Acumuló una amonestación frente al Celta por intentar robarle la pelota de la misma manera a Cavallero. Tampoco es su primera expulsión en España. En la Copa Catalunya, frente al Espanyol, Ronaldinho se tuvo que marchar a la caseta un minuto antes del final por menospreciar al árbitro, aunque como siempre, lo hizo con una sonrisa. Ronaldinho, al fin y al cabo, juega y disfruta como un crío. El miércoles, sin embargo, no podrá jugar contra el Betis, en partido aplazado, por sanción.
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