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Reportaje:MÚSICA

La armada de Tunçboyaciyan

Un apellido trabalenguas para uno de los percusionistas más originales. El armenio, que acaba de abrir un club de música en Erevan, publica ahora un nuevo disco, Natural Seeds (semillas naturales), y empieza el miércoles una gira por cinco ciudades españolas al frente de una magnífica orquesta.

La confianza puede mover una nave sin necesidad de que haya agua. Con amor, respeto y honradez, te aceptan como eres. Y las personas se convierten en el agua que mueve el barco", asegura Arto Tunçboyaciyan (Galataria, 1957), director de la banda de unas supuestas fuerzas navales de un país sin mar.

Kapuscinski escribe en El imperio (1993) que "la gente tiende la ropa en sus cuerdas y cables extendidos entre los balcones, las casas y las calles. Cuando llega el maravilloso día en que en las tiendas aparece jabón, en todas partes se lava y se tiende la ropa. Si sopla el viento, la ropa se hincha, ondea y cruje, y las ciudades de Armenia recuerdan escuadras de grandes veleros navegando por un mar agitado hacia costas lejanas".

La Armenian Navy Band -11 músicos de 20 a 45 años- nació en Erevan, en 1998, durante una visita de Arto. Allí surgió la idea de formar una banda que representara los sonidos de la Armenia de hoy. Un trabajo plasmado en los discos Bzdik Zinvor y New Apricot. Avant garde folk (música folk de vanguardia) es la etiqueta con la que se presenta la ANB: "Sin perder tu identidad, abres tu imaginación". Música de raíces tradicionales con elementos de jazz, y unión de saxo, trombón, trompeta, piano, bajo y batería con instrumentos como el kemanché (un pequeño violín), la zurna (flauta aguda de madera) o el kanun (cítara en forma de trapecio). Tunçboyaciyan extrae sonidos de cacerolas, calderos llenos de agua, botellas vacías... "Son meras herramientas porque el verdadero instrumento soy yo. Si no tienes nada que decir los instrumentos poco pueden hacer".

El nuevo disco se grabó hace un año. "Mi madre estaba muy enferma -murió justo antes de comenzar la grabación- cuando yo estaba componiendo. Y se refleja en el CD. En los primeros tres días grabamos el 70%, pero falló el ordenador y nos quedamos sin nada", recuerda riendo. "Empezamos de nuevo y muchas cosas salieron incluso mejor". Se trata de una obra de 47 minutos, con cuerdas y coros, en 11 movimientos: Agua, Río, Mar, Sol, Aire, Tierra, Fuego, Semilla, Granada, Albaricoque y Vida.

Llegó a la música con 11 años -en la banda de su hermano Onno- por pura necesidad: la familia se debatía en la pobreza. "Me gustaba andar por ahí con los músicos y, además, me pagaban muy bien. Empezó como un trabajo. Luego hay un momento en que la música se convierte en el sonido de tu vida".

Creció en Turquía. "Nunca pensé en términos de turcos y armenios", afirma Tunçboyaciyan, que ha participado en la banda sonora de Ararat, la última película de Atom Egoyan. "La nacionalidad es el aliño de la comida. La variedad de sabores. Lo importante es saber cuánta sal quieres echar al guiso. Yo me sentiré orgulloso el día en que seamos buenas personas. Luego podemos considerar lo de la nacionalidad".

"¡Armenios! Tienen que estar juntos. Se buscan a lo largo y ancho del mundo y -trágica paradoja de su destino- cuanto más grande y diseminada es su diáspora, tanto mayor es su añoranza, el deseo y la necesidad de estar juntos", escribe Kapuscinski. Tras su club Música Folk de Vanguardia, inaugurado en marzo por la ANB en Erevan, Tunçboyaciyan sueña con la construcción de viviendas dignas para todos sus músicos. Ya compró la tierra. Un paso hacia ese imaginario Artoistán, "el país al que la humanidad querría llegar. Hay reglas como aceptar incluso a la gente que no te gusta. Los colores de la bandera son marrón, verde, azul y negro. Negro por la vergüenza de la humanidad, aunque algún día quizá podamos cambiarlo".

Su hermano mayor, Onno, fallecido en 1996 en un accidente de avión, y con el que aprendió a tocar cuando aún vivían en Anatolia, no ha dejado de ser su punto de referencia. "Por su dignidad y por hacer algo con calidad y conectado siempre con el momento. Siendo siempre creativo y creyendo que no lo eres suficientemente". Llegó en 1981 a Estados Unidos. Desde entonces ha tocado con Joe Zawinul, Chet Baker, Al di Meola, Joe Lovano, Paul Winter, Ara Dinkjian, Eleftheria Arvanitaki, Mike Stern, Dino Saluzzi o su admirado Gerardo Núñez. "Hasta los muy malos me mostraron la buena dirección porque ves que no quieres ir por ahí", cuenta quien nunca asistió a la escuela.

Con Serj Tankian, cantante de System of a Down, grabó el disco Serart. Ya había colaborado con el grupo en Toxicity. "Me llamaron para ir a grabar a Los Ángeles. Nos sentamos a beber unas cervezas y practicar algunas actividades ilegales (se ríe). Y, de repente, me dicen '¿estás listo?'. Llevo tocando treinta y cinco años en estudios, pero me puse los cascos y al escuchar aquel estruendo, por primera vez me quedé en blanco...

Arto Tunçboyaciyan & Armenian Navy Band actúa el día 14 de abril en Barcelona (Bikini), el 15 en Murcia (Auditorio), el 16 en Sevilla (teatro Central), el 17 en Málaga (teatro Cánovas) y el 18 en Madrid (Galileo Galilei). El sonido de nuestra vida. Parte 1: Semillas naturales está editado en España por Resistencia.

El percusionista armenio Arto Tunçboyaciyan (Galataria, 1957).
El percusionista armenio Arto Tunçboyaciyan (Galataria, 1957).

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