"Clarke nunca me dijo que quería ver al presidente"
La gran acusación que flota sobre Bush es que reaccionó tarde a los avisos de lo que Al Qaeda estaba organizando. Richard Clarke, que dirigió desde 1992 hasta hace 13 meses el Grupo de Seguridad Antiterrorista de la Casa Blanca, dijo hace dos semanas ante la comisión que desde finales de enero de 2001 solicitó una reunión al más alto nivel sobre las amenazas terroristas. En su libro (Contra todos los enemigos), Clarke habla de la noche del 11-S, cuando toma el primer bocado después de 16 agotadoras horas de coordinación tras los atentados: "Me di cuenta de repente de que hasta hoy no había informado nunca al presidente sobre terrorismo, sólo a Cheney, Rice y Powell. Pedí una reunión urgente con los más altos responsables en enero para aprobar un plan agresivo contra Al Qaeda. La reunión se celebró el 4 de septiembre".
¿Ese plan habría evitado lo que ocurrió si se hubiera aprobado antes?, preguntó el jueves un miembro de la comisión a Condoleezza Rice. "No, no lo hubiera evitado ni siquiera si lo hubiéramos aprobado el día en el que tomó posesión el Gobierno", dijo ella. El propio Clarke coincide con esa valoración, pero en su libro deja claro que nunca se sabrá qué es lo que habría ocurrido si hubiera habido "un mayor sentido de urgencia". Y añade que, en enero de 2001, al informar a Rice -"Al Qaeda está en guerra con nosotros; es una organización muy capaz, probablemente con células en EE UU y que está planeando atentados contra nosotros; tenemos que actuar rápida y decisivamente, hay que pasar a la ofensiva"-, la recién nombrada consejera de Seguridad "tenía una expresión facial que me sugería que nunca había oído hablar de Al Qaeda, así que añadí: la gente cree que Al Qaeda es el grupo de Bin Laden, pero es mucho más: se trata de una red de grupos terroristas con células en más de 50 países, incluido EE UU".
Rice insistió el jueves en que introducir grandes cambios políticos "exige algo más que los 233 días que llevábamos en Gobierno el 11-S". En su opinión, no había, antes de los atentados, "ni un plan sistemático ni un esfuerzo sostenido contra Al Qaeda". "Le pedí a Clarke", afirmó Rice, "que elaborara una estrategia para eliminar la amenaza terrorista", pero "nunca me dijo que quería ver al presidente para hablarle de terrorismo".
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