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Reportaje:

Un estadio olímpico todavía virtual

Un año y medio después de anunciar su construcción, el proyecto del Ayuntamiento de Valencia es una incógnita

Hace un año y medio, en octubre de 2002, Rita Barberá anunció que el Ayuntamiento de Valencia proyectaba la construcción de un estadio olímpico para la ciudad, una vieja idea entonces desempolvada entre las críticas de la oposición, que acusó a la alcaldesa popular de "buscar titulares" con vistas a las elecciones autonómicas de mayo de 2003. "La propuesta tiene una alta carga de electoralismo", afirmó Antonio Montalbán, concejal de Esquerra Unida.

La idea, sin embargo, tomó fuerza con el paso de los meses. Barberá incluso se marcó unos plazos: la instalación debería estar a punto entre 2006 y 2007, para así optar a la organización de los Campeonatos del Mundo de Atletismo de 2009, una competición de primer nivel cuyo impacto económico sería "similar o mayor" que el de la Copa del América de vela, según el presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola. "El atletismo es mucho más popular", aseguró el dirigente deportivo en alusión a la histórica regata, cuya próxima edición, en 2007, se celebrará en aguas de Valencia.

Valencia es la única candidata al Mundial de atletismo de 2009 sin instalación
Francisco Camps ha propuesto hacer tres pequeños estadios en la Comunidad Valenciana

El plan del Ayuntamiento pasaba por un acuerdo entre los clubes de fútbol de la ciudad, el Valencia CF y el Levante UD, que deberían, según la iniciativa municipal, derribar sus actuales estadios para posteriormente recalificar los terrenos y obtener un beneficio que les compensara el traslado al nuevo campo, que se ubicaría en la Avenida de las Cortes, donde el Ayuntamiento cuenta con un solar de 90.000 metros cuadrados calificados de uso deportivo.

Pero Barberá topó con las reticencias de los dirigentes futbolísticos de la ciudad, quienes discutieron el modelo de gestión y propiedad propuesto por el Ayuntamiento. Éste proyectaba un estadio de titularidad pública y uso compartido cuyo coste no superara los 150 millones de euros. De momento, las negociaciones con los clubes están aparcadas, circunstancia que perjudica directamente a la candidatura valenciana al Mundial de atletismo de 2009.

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En este sentido, Valencia es la única aspirante a la citada competición atlética que carece de estadio. Las otras -Berlín (Alemania), Brisbane (Australia), Bruselas (Bélgica), Casablanca (Marruecos), Daegu (Corea), Delhi (India) y Split (Croacia)- sí lo tienen. Valencia tiene de plazo hasta el mes de junio de 2004 para presentar en la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) su proyecto. El máximo organismo del atletismo mundial designará la sede del Mundial de 2009 el próximo otoño.

"No tener estadio", afirma Juan de Dios Leal, presidente de la federación valenciana de atletismo, "nunca ha sido un inconveniente hasta ahora. Esto es una carrera que empieza ahora y que acabará cuando la IAAF anuncie la sede. Es otro reto que tiene la ciudad, y de esta forma hay que mirarlo". Los Mundiales de 2005 y 2007 se celebrarán en Helsinki y Osaka, respectivamente. "Debemos tener en cuenta que aún faltan más de cinco años. Hay tiempo de sobra para construir un recinto", concluye Leal.

Hay voces, en todo caso, que ya han mostrado su escepticismo sobre las opciones de Valencia, cuyo proyecto de estadio parece paralizado. Ésta es una de las razones, la principal. Aun así, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha lanzado que una de las alternativas sería construir un estadio con capacidad para 10.000 espectadores en cada provincia de la Comunidad Valenciana. La idea no ha tenido demasiada repercusión.

"No hay que confundirse", puntualiza Juan de Dios Leal; "el estadio olímpico con capacidad para 70.000 espectadores se construiría de todas maneras, pero atendiendo a la actividad y al nivel que ha alcanzado el atletismo valenciano, la idea de levantar tres pequeños estadios no es descabellada".

Con varios bocetos de distintos equipos de diseño sobre la mesa, el Ayuntamiento de Valencia tiene de plazo un par de meses para presentar un proyecto ante la IAAF.

Ha pasado ya año y medio desde que Rita Barberá anunciara su deseo de impulsar durante el actual mandato una obra muy controvertida por el gasto que supondría para las arcas municipales y por la tajada que podría sacar el Valencia CF, que podría aprovechar la operación para enjugar parte de su deuda, que asciende a 120 millones de euros.

De momento, el estadio olímpico de la ciudad de Valencia es virtual.

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