El delegado y 'Euskal Herria'
Entre las curiosidades que depara toda campaña electoral, ha resultado particularmente llamativa la petición o solicitud de retirada de determinadas publicaciones educativas que recogen el concepto de "Euskal Herria" en sus páginas, por parte del delegado del Gobierno en el País Vasco. Resulta particularmente sangrante el escaso contraste o mero desconocimiento de la cuestión cuando el delegado del Gobierno se ha acercado a un tema que tiene tantas e ilustres fuentes de las que beber en forma abundante. A tal fin, resulta particularmente ilustrativo el Informe elaborado por Euskaltzaindia "sobre la denominación Euskal Herria" (de 18-7-2003).
Este informe acomete un recorrido histórico muy detallado sobre la denominación, algunas de cuyas notas fundamentales conviene recordar. Afirma literalmente que "desde hace siglos existe un empleo generalizado de la denominación Euskal Herria para designar un territorio con rasgos culturales bien definidos, por encima de fronteras político-administrativas y de las diferencias históricas. La denominación procede de las palabras vascas euskara + herri, literalmente "el país del euskara o del vascuence".
Su trabajo de censor puede llevarle al delegado del Gobierno a lugares insospechados del globo
Según el mismo informe, el propio Joanes Leizarraga, muerto hacia 1605, da testimonio en su obra, Hauscalduney del término en cuestión, al igual que en una carta bilingüe (euskara- francés) que el autor dirige a la reina Juana de Navarra. Lo mismo cabe decir de la mítica obra Gero de Pedro de Axular en 1643. Bastante más tarde, el término sigue siendo habitual en las poesías del labortano Gratien Adéma (1828-1907). Más si cabe, pues siguiendo el informe, "el uso de Euskal Herria se extendió a lenguas como el castellano y el francés. Varias entidades y publicaciones a ambos lados de la frontera interestatal han llevado ese nombre, como la Sociedad Euskalerria, fundada en Bilbao por quien fuera diputado general del Señorío, Fidel de Sagarmínaga, en el último tercio del siglo XIX; la revista Euskal-Erria, creada en San Sebastián por José Manterola en 1889; el semanario Californiako Eskual Herria, de Los Angeles (1893-1898); el semanario La Platako Eskual Herria, publicado en Buenos Aires, en 1898, o el semanario Eskual Herria, de Baiona, fundado en 1898".
El término en cuestión tampoco es obviado por el cantoral vasco, entre otros muchos, en el tradicional canto popular a San Miguel de Aralar: "Miguel, Miguel, Miguel guria,/ Zaizu, zaizu Euskal Herria". ("Miguel, Miguel, nuestro Miguel, protege, protege a Euskal Herria"). Probablemente, mucho más del gusto del delegado del Gobierno es el sermón en euskara del navarro Juan de Bera acerca de San Francisco de Xabier, que data de 1834 en Oiartzun: "Jayo cela gure Españian, uskal Errian, Nafarruan" (que, traducido, reza así: "Que nació en nuestra España, Euskal Herria, Navarra")".
Por si fuera poco, coincide el meritado informe en que la utilización del término se ha utilizado históricamente, sin perjuicio e independientemente de los vínculos ideológicos de cada cual, citando los muy ilustrativos casos de personajes tan dispares como el republicano Salvador Castilla, el tradicionalista Navarro Villoslada, los carlistas Dolores Baleztena y Román Zubiaga, o el propio Jesús Etayo, en El Pensamiento Navarro ya en 1921. Otra de las menciones recogidas por el informe de Euskaltzaindia, de segura satisfacción para el Delegado del Gobierno ha de ser el caso del Oriamendi, himno de los carlistas, cuyo tenor dice así: "Gora Espainia ta Euskal Herria!/ Ta bidezko errege./ Maite degu Euskal Herria./Maite bere fuero zaharrak".
"Pasados los años el empleo de Euskal Herria, con su sentido neutro, ha continuado, pese a la concurrencia de Euskadi", prosigue el informe, que recuerda cómo en el Proyecto de Estatuto Vasco-Navarro de las Comisiones Gestoras (Diputaciones) Euskalerria figura como equivalente euskérico de País Vasco-Navarro (1932) o el programa de TVE Euskal Herria, apenas iniciada la transición (1976-1977). Tampoco resultaba el término extraño al príncipe Luis Luciano Bonaparte ni, por cierto, en la misma Universidad de Oxford, a una tripleta de ilustres vascólogos británicos de siglos pasados, tales como Thomas Browne, Edward Dodgson o Wentworth Webster. Cabe, sin duda, añadir a todo lo anterior, la presencia del término en docenas de enciclopedias, entre ellas la Británica, y nada menos que en los espléndidos reportajes de la revista de la National Geographic Society (Washington), precisamente sobre Euskal Herria, con sus malévolos mapas de las siete provincias, incluso en época de Franco.
Finalmente, y frente a la argumentada inexistencia histórica y jurídica de Euskal Herria, el propio Estatuto de Autonomía del País Vasco (Ley Orgánica 3/1979, aprobada por las Cortes), estipula en su artículo 1 que "El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad, y para acceder a su autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco, de acuerdo con la Constitución y con el presente Estatuto, que es su norma institucional básica".
Afortunadamente, el Delegado del Gobierno sólo ejerce sus competencias dentro del País Vasco pues, de lo contrario, es evidente que su trabajo de censor puede llevarle a lugares insospechados del globo para buscar la eliminación de una mención tan universal y culturalmente admitida. De modo que... a viajar se ha dicho. Bon voyage.
Xabier Ezeizabarrena es abogado y profesor visitante en el European Studies Centre (St. Antony´s College) de la Universidad de Oxford.
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