Una mujer, degollada por un joven que la acosaba desde hace meses en el autobús
El supuesto homicida, que trabajaba de guarda de seguridad, fue detenido en Tres Cantos
Carmen Luz Cossío Orellana, de 24 años y nacionalidad boliviana, fue hallada muerta a primera hora de la tarde del lunes semioculta junto a un puente de la carretera M-607, en el término municipal de Tres Cantos. La víctima presentaba un profundo corte en el cuello, que le costó la vida. Además, tenía los pantalones medio bajados, lo que sugiere que su asesino trató de abusar sexualmente de ella. Los agentes de Homicidios de la Guardia Civil detuvieron ayer por la mañana a un vecino de Manzanares el Real, Bruno Berthe, español de 21 años, como presunto autor de la muerte.
Carmen Luz Cossío salió el lunes de la casa que compartía con tres compatriotas en el centro de Manzanares el Real. Como todos los lunes, se dirigía a su trabajo, un domicilio particular de Tres Cantos donde estaba empleada como interna cuidando a los tres hijos de un matrimonio. La víctima cogió el autobús a las 7.45, según consta en el billete que le fue encontrado. Pero nunca llegó a su destino.
Unos paseantes hallaron su cuerpo junto a un puente, a la altura del kilómetro 24,500 de la carretera M-607 (Madrid-Colmenar Viejo). Cerca de allí está la parada de autobús donde las mañanas de los lunes se bajaba la víctima. Los viandantes avisaron por teléfono a la Comandancia de la Guardia Civil, con sede en el municipio tricantino. Los agentes de Homicidios hallaron el cadáver semienterrado y con los pantalones bajados. Presentaba una profunda puñalada en el cuello, además de golpes por todo el cuerpo.
Los agentes vieron que el interior del bolso de Carmen estaba revuelto y lleno de barro y arena. Faltaban sus objetos personales, como el teléfono móvil y el pasaporte. El cadáver fue trasladado al tanatorio de Colmenar Viejo, donde dos forenses le practicaron ayer la autopsia. Las primeras hipótesis apuntaban a que Carmen Luz había sido asesinada hacía poco tiempo (unas cuatro horas), según los indicios que presentaba el cuerpo.
Los agentes de la Guardia Civil lograron identificar a la víctima la tarde del mismo lunes. Tomaron declaración a diversas personas, entre ellas las compatriotas con las que convivía la joven. Esto permitió cerrar el círculo de sospechosos: sus compañeras de piso dijeron a los investigadores que Carmen Luz les había contado que se sentía acosada por otro vecino de la localidad que no paraba de molestarla y de pedirle que saliera con ella cada vez que la veía en el autobús. "Nos llegó a decir que alguna vez le tocó el culo y quiso sobarla", señalaron las amigas.
Los agentes de Homicidios centraron sus pesquisas a partir de ese momento en un joven que también trabajaba, como la víctima, en Tres Cantos. Por eso, los investigadores del instituto armado acudieron ayer a la parada de Manzanares y detuvieron al supuesto homicida, Bruno Berthe, de 21 años. Éste trabajaba como guarda de una empresa de seguridad que había contratado la compañía Retevisión. Ésta se encuentra enfrente de la Comandancia de la Guardia Civil, en Tres Cantos.
Los investigadores del instituto armado registraron el domicilio del presunto asesino, donde hallaron el arma que utilizó para degollar a la inmigrante boliviana: una navaja multiusos, con una cuchilla de unos ocho o diez centímetros. Según fuentes de la investigación, aún tenía restos de sangre que presumiblemente pertenecían a la víctima. El arma ha sido remitida a los laboratorios de Criminalística de la Guardia Civil para que estudien los restos que queden en ella.
El detenido permanecía anoche en dependencias de la Guardia Civil. Estaba siendo interrogado por los investigadores y se prevé que hoy pase a disposición del juzgado de guardia que instruye el caso. Bruno Berthe carece de antecedentes policiales y penales, según señalaron fuentes policiales. La investigación continúa abierta.
Mientras, varias amigas y compañeras de piso de la fallecida intentan recabar dinero para repatriar el cadáver a Bolivia. El problema con el que se están encontrando es que fletar el féretro cuesta unos 6.000 euros, según señalaron fuentes funerarias. "Es una pena que una persona tan joven haya perdido la vida y tan lejos de su familia. Estaba sola en Madrid y ahora tenemos muchos problemas para llevar el cadáver a su familia", señalaron Leny y Kanina, dos amigas de la fallecida.
Carmen Luz era la penúltima de siete hermanos. Había nacido en Cochabamba, pero pronto se desplazó a la ciudad de Santa Cruz. Después emigró a Argentina, donde pasó una buena temporada. En España, según sus conocidas, llevaba un año y cuatro meses. "Su último cumpleaños lo pasó muy mal. No dejaba de llorar pensando en su madre, a la que perdió cuando era muy pequeña. Su padre, sin embargo, según nos dijo, la trató muy mal. Llegó a decir que se quería marchar a su tierra, regresar a Bolivia, porque no tenía nada que la uniera a España y se sentía muy sola", añadieron sus compañeras. Algunos de sus hermanos permanecen todavía en Argentina. De momento, ningún familiar se ha desplazado a España para hacerse cargo del cadáver.
El móvil, un capricho
La última vez que Carmen Luz habló con su familia de Bolivia fue el pasado sábado. Les dijo que les había mandado algo de dinero. Estaba contenta porque acababa de comprarse un teléfono móvil muy moderno, "muy chévere". Le costó 219 euros. "Es un capricho que se quiso dar. Precisamente es el que le faltaba cuando la encontraron muerta. Era una persona muy buena que no se metía con nadie", se lamentaron sus amigas.
La muerte de esta joven boliviana eleva a 15 los homicidios registrados en la región en lo que va de año. Éste es el segundo en el territorio controlado por la Guardia Civil (localidades de menos de 50.000 habitantes).
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