Treinta artistas latinoamericanos 'revisitan' en Pamplona las corrientes del arte contemporáneo

El problema de la identidad genera en los artistas vinculados a Latinoamérica una fresca expresión artística que atrae la atención de buena parte de los creadores occidentales. El Ayuntamiento de Pamplona ha reunido a 30 creadores de ocho países americanos que exhiben 45 obras de última generación, toda una panoplia de medios e ideas al servicio de la inteligencia y la complicidad entre las dos orillas del Atlántico. Arte latinoamericano hoy es el título de la muestra, que permanecerá abierta al público hasta el mes de mayo en la Sala de Armas de la Ciudadela pamplonesa.

El máximo interés que suscita hoy en día la corriente expresiva latinoamericana la aporta un simple dato: todas las obras expuestas pertenecen a coleccionistas privados españoles, muy conscientes de que esa rama mestiza del arte se ha convertido en la "punta de lanza" de nuevas expresiones y soportes, en palabras del comisario, Fernando Francés, director del Museo de Arte Contemporáneo de Málaga.

La muestra reúne creaciones de las últimas dos décadas de artistas como Vik Muñiz, Liliana Porter, Fabián Marcaccio, Saint Clair Cemin, Gabriel Orozco, José Bedia, Alfredo Jaar, Laura Lío, Félix Curto, Willy Ramos, Miguel Río Branco, Santiago Sierra, Humberto Rivas o Jorge Pardo, entre otros, artistas procedentes de Cuba, México, Argentina, Brasil, Venezuela, Chile, Colombia, algunos de ellos residentes en Estados Unidos o Europa, pero también de artistas nacidos en España y residentes en América del Sur, como Río Branco, Sierra o Curto.

Es precisamente ahí, en la deslocalización entre las raíces y sus actuales lugares de residencia donde radica uno de los motores fundamentales de su trabajo, que ya está ampliamente representado en los principales museos internacionales de arte moderno.

Inacabable imaginación

La primera sorpresa del espectador es la inacabable imaginación para el concepto artístico que tienen estos jóvenes artistas. Colchones, globos, azafrán, médula vegetal e incluso un calco hecho con cabezas de pavo están presentes en algunas de las propuestas, verdaderos experimentos matéricos o artesanales.

Las fotografías de Curto, Polidori, Rivas, Hernández, Porter, Río Branco, Pérez Bravo, Renno, o Kuri están acompañadas por las actuaciones de Sierra y Mendieta, las pinturas de Corujeira, Mariño, Milhazes, Kuitca o Bedia, los dibujos sobre papel de Neto y Afonso, los objetos y esculturas de Kcho, Lío, Pardo, Varejao, Neto u Ortega, las instalaciones de Jaar o Los Carpinteros y el vídeo de Hernández-Díez.

Francés destaca que a pesar de la internacionalización del arte actual, los creadores latinoamericanos expresan una fuerte interrelación con su herencia multiétnica y con las manifestaciones tradicionales de sus respectivas culturas autóctonas. Ana Mendieta o María Pérez Bravo, por ejemplo, alcanzan aspectos vinculados a lo antropológico y lo ritual, siempre dentro de una hibridación entre tradición y modernidad que les sirve para reinterpretar a su manera los movimientos de las últimas décadas como el pop, el arte conceptual y el posmodernismo.

Los contenidos se acercan al componente sígnico (Marcaccio, Corujeira), tienen referencias a la historia del arte (Varejao), o analizan la representación y el mundo de las apariencias (Jaar, Aro), sin olvidar que casi todos ellos ofrecen consideraciones sobre problemas de índole social, política o cultural.

La identidad explorada a través del cuerpo, los sueños, las vivencias infantiles o el medio ambiente, el capitalismo, el paso del tiempo, el turismo masivo, las revoluciones o la violencia se convierten en la exposición pamplonesa en un escaparate privilegiado para comprender hacia donde camina el arte latinoamericano.