Contactos y velocidad
Lo lamento, querido lector, el título que preside estos garabatos sólo tiene que ver de refilón con ese deporte veloz y de viril contacto que nutre al respetable cada lunes del único lirismo que cabe en su vida: "En una tarde-noche de perros, con lluvia, frío y viento, típica de Mánchester, el inglés se gustó y resultó definitivo. De sus botas nació el primer gol". Todavía no es seguro que no tenga que ver con esa otra clase de deporte también de contacto y velocidad que es el sexo y que alcanza igualmente raros destellos de lirismo en las páginas de contactos (¿y velocidad?) de los periódicos: "Francés hasta el final, griego profundo, beso negro, besos con lengua, vibradores, tacones y mucho más". Habría bastante que escribir sobre esos tacones ofrecidos como un sumum (¿no eran también determinantes en el otro juego las botas del inglés?) pero se comerían el espacio que se les debe a las selecciones deportivas. Porque de eso se trata, y más concretamente de las selecciones deportivas autonómicas. Cuando le preguntaron desde Euskadi a uno de los que logró el milagro para Cataluña, adujo sentenciosamente: "Contactos y velocidad".
La fórmula es tan sencilla que en Euskadi ya han tomado buena nota para hacer realidad un sueño que dura, por lo menos, desde que el hombre neolítico vasco quisiera federación propia para el juego de las tabas. Además, la fórmula tiene tanta cintura, con perdón, que a falta de contactos siempre cabe utilizar la velocidad. Lo ha hecho la Consejera catalana de Educación con la Ley de Calidad ganándole por la mano al Gobierno al asegurar que no se cumplirá en Cataluña. Y a la velocidad también se ha apuntado nuestra Consejera vasca de lo mismo en sana emulación: tampoco la Ley de Calidad se cumplirá aquí.
Hombre, es de agradecer que en temas tan delicados como la educación de nuestros hijos prime la velocidad sobre el contacto ya que, como se ha visto más arriba, puede haber contactos que se prestan al escándalo. En cambio, ¿qué puede haber de escandaloso en negarse a cumplir la ley? Veloz también se ha mostrado Maragall dando por sentado que habrá una revisión de la Constitución. Y más rápido aún se ha mostrado su brazo derecho de ERC cuando le ha soltado a Blanco que en eso no pinta nada y que está por ver quién podrá parar las reformas que podría conllevar el Estatuto que pretenden y al que no están dispuestos a renunciar.
Así pues, los nacionalistas se ven atacados por una urgencia que para sí la quisiera la Seguridad Social (sobre todo la de Azkarraga). Y es que están tratando de aprovechar al máximo el interregno que se ha creado entre la salida del viejo Gobierno y la incorporación del nuevo, para crear una política de hechos consumados que ponga a Zapatero entre la espada y la pared.
Como no están seguros de que el cambio que supuso el 14-M traiga el más nacionalismo que desean y que adquirió un vigor nuevo con la entente Maragall-ERC en las elecciones catalanas, y que entonces y allí (¿sólo allí?) se defendía como reacción a la intolerancia y al centralismo del PP, estarían practicando una política de máximos para que cayese cuanto antes la que creen máscara de diálogo y negociación del PSOE a fin de poder moverse en lo que más les gusta, el victimismo. En efecto, mientras echan un pulso a ver si cuela lo que piden estarían empujando al Gobierno para que hiciera valer los resortes del Estado que pusieran coto al incumplimiento de la ley y a la revisión maximalista y desmembradora de la Constitución.
A partir de ahí volverían a sacar del armario el fantasma del nacionalismo español que tanto les castra y empobrece y contra el que volverían a erigirse en víctimas así como en feroces Némesis. Hombre, a falta de velocidad, el nuevo Gobierno podría contar con el tocino, es decir con los contactos. Lo dijo el guasón de Maquiavelo: "Cuando el Príncipe no puede evitar ser odiado por una de las dos partes, debe inclinarse hacia el grupo más numeroso o, en su defecto, hacia el más fuerte".
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