Un incendio delatador
Cuando el coche de Kimi Raikkonen comenzó a arder, volvió a quedar patente que McLaren Mercedes no ha resuelto aún sus problemas. El finlandés había realizado un buen tiempo en la primera vuelta de clasificación del sábado y, aunque renunció a salir en la segunda cronometrada, cabía pensar que su estrategia -salir a la pista con el depósito lleno y neumáticos nuevos- podía proporcionarle un buen resultado. Realizó una buena salida y elevó sus posibilidades.
Pero, cuando el fuego apareció en la parte trasera de su coche y las espectaculares llamas parecieron amenazarle, estaba claro que el motor Mercedes sigue planteándoles problemas. ¿Por qué? Porque este tipo de incendios se producen a causa de la rotura de un pistón o de una válvula, que liberan la gasolina que sigue entrando en el motor y va impulsada por los gases hacia un tubo de escape que alcanza temperaturas de incandescencia. El contacto de la gasolina con el escape produce fuego de forma inmediata. Es la evidencia más clara de que se acaba de producir una rotura de motor.
Sin embargo, contrariamente a lo que puede pensarse, este tipo de fuego no es peligroso para el piloto. Se trata simplemente de un incendio inmediato y muy rápido que desaparece en el mismo momento en que el coche se para y deja de suministrar gasolina o aceite, otra materia también fácilmente inflamable. Cuando realmente hay peligro en un incendio de un fórmula 1 es cuando se produce en el depósito de gasolina o en sus proximidades y cuando aparece en el repostaje, con la manguera aún en funcionamiento. Entonces, todo puede adquirir dimensiones mayores y causar problemas graves.
Ayer, el fuego fue simplemente delatador, porque se produjo cuando habían transcurrido sólo siete vueltas y volvió a poner en evidencia la fragilidad de los McLaren Mercedes, que vivieron otra tragedia con el abandono final de David Coulthard. ¿Qué les está ocurriendo? Pedro de la Rosa, uno de sus pilotos probadores, corrió alrededor de 1.000 kilómetros la semana pasada en el circuito de Paul Ricard y el coche respondió bien. Sin embargo, en la carrera todo se les complica. El problema ahora ya no es que no sean competitivos, que no lo son, sino que no acaban. Y en esta situación, después de tres carreras desastrosas, tal vez les ha llegado el momento de dar marcha atrás, de bajar las vueltas para que el motor sufra menos desgaste, o incluso de recuperar el del año pasado, que sí les funcionaba.
La cuestión fundamental para ellos es ahora la fiabilidad. Y todos los esfuerzos deben dirigirse hacia este aspecto, sacrificando incluso la velocidad si es necesario. Estamos hablando de una gran escudería y de una gran marca, Mercedes. Pero todo el potencial económico y tecnológico que ello supone, se transformará también en una presión insoportable si las soluciones no llegan de forma inmediata.
Joan Villadelprat fue director de las escuderías Benetton y Prost y jefe de mecánicos de Ferrari.
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