_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | 31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Atlético pasa un mal trago

Torres lanza a los suyos y un gol anulado injustamente deja al Valladolid sin el empate

Andaba perdido el Atlético, corre que te corre, huyendo de no se sabe quién, del balón, quizá, que para algunos es lo más parecido al enemigo, cuando Torres se hizo presente como acostumbra: a lo grande. Se largó Nano por su carril, llegó hasta la línea de fondo, levantó la cabeza, que ya es noticia, y la puso en el primer palo. Allí llegó el más listo de la clase, Torres, que golpeó el balón de forma sutil, con la parte exterior de su pie derecho, acariciándolo, mandándolo al palo contrario, desarmado Caminero y engañado Bizarri. Una maravilla fue aquello, la primera de un partido que arrancó agotador, venga a correr todo hijo de vecino. Pero apareció El Niño y el resto quedó en manos de Ibagaza, que es lo mejor que le puede pasar a este Atlético.

ATLÉTICO 2 - VALLADOLID 1

Atlético: Aragoneses; Gaspar, García Calvo, Lequi, Sergi (Simeone, m. 66); Aguilera (Novo, m. 22), De los Santos, Ibagaza, Nano (Gabi, m. 86); Paunovic y Torres.

Valladolid: Bizzarri; Torres Gómez, Peña, Caminero (Cardetti, m. 88), Jonathan, Marcos; Óscar, Rafa (Richetti, m. 52), Figueredo (Chema, m. 52); Sales y Losada.

Goles: 1-0. M. 24. Nano se escapa por la izquierda, apura hasta la línea de fondo, centra y Torres remata con el exterior de su pie derecho en el primer palo. 2-0. M. 45. Ibagaza lanza una falta al área, Lequi choca con un defensa, el balón queda suelto y Paunovic fusila desde el punto de penalti. 2-1. M. 65. Sales saca un córner y Richetti cabecea al borde del área pequeña.

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Torres Gómez, Sergi, Lequi, Caminero, Aragoneses.

Unos 40.000 espectadores en el Calderón.

Más información
Sólo dos candidatos

Se presentó el Valladolid en el Calderón con su habitual defensa de cinco, que se desmoronó en cuanto Ibagaza, desde un costado, mandó el balón detrás de aquel ejército que Vázquez colocó ante su portero. Aguilera, que pasaba por allí, se trastabilló y la cosa no pasó a mayores. Pero aquella acción mostró todas las carencias del Valladolid. Porque ya puede uno poner cinco u once defensas, que si juegan en línea, sin dar un paso atrás, ni adelante, como si en ello les fuera la vida, encontrar el hueco a su espalda está al alcance de cualquiera que merezca el nombre de futbolista. De Ibagaza, pongamos por caso.

Torres abrió el marcador y el Atlético se vino arriba. Sin hacer demasiado ruido, a su modo, con mucho sudor, mucho trote y poca precisión. Como en defensa vivía con suma placidez, pudo envalentonarse. Llegó el segundo gol en una falta que Ibagaza puso en el corazón del área, donde se montó un lío mayúsculo antes de que Paunovic resolviera.

Vive un momento dulce el jugador serbio, que ha sabido asociarse con Torres. El Atlético pudo acabar con el partido al inicio de la segunda mitad, cuando tuvo al Valladolid contra las cuerdas. No lo hizo y se apuntó al sufrimiento. Vázquez tomó una decisión que cambió el rumbo del choque: adelantar a Caminero. Con éste al mando, el Valladolid se dejó de correrías y eligió jugar al fútbol. Todo cambió. En un córner nació el gol de Richetti. Llegó el argentino solo al primer palo y cabeceó sin demasiada fe. Y hubiera quedado bonita la foto de Aragoneses brincando a por el balón si no llega a ser porque tanta espectacularidad sólo sirvió para ayudar a que la pelota entrara. El partido había dado un vuelco. Marcó el segundo el Valladolid, pero el árbitro lo anuló. Uno de sus auxiliares demostró poseer una tremenda imaginación al considerar que Óscar, que cabeceó a la red, estaba en fuera de juego. Mentira.

Parecía que aquella decisión injusta deprimiría al Valladolid. Pero los de Vázquez estaban lanzados. Losada mandó al poste un cabezazo y el Atlético se puso a temblar. Las lesiones le golpearon con inusitada saña. Aguilera cayó en la primera parte, en la segunda lo hizo Sergi y García Calvo acabó cojo para deleite de Sales, que se puso las botas.

El panorama se ensombrecía por momentos para el Atlético. Ibagaza había dimitido y Torres se desesperaba intentando cazar alguno de los balones que le llovían del cielo. La enésima escapada de Sales por la derecha finalizó con un centro atrás que Losada, solo, no supo rematar. Se fue arriba con descaro el Valladolid y aquello agigantó a Torres. El chaval asumió la responsabilidad en su equipo, tarea en la que le saca unos cuantos cuerpos a Ibagaza, y estuvo a punto de coronarse en un contragolpe en el que agarró la pelota en su campo, se pegó una carrera de aúpa y acabó lanzando fuera.

Lo que parecía un partido fácil se había convertido en un suplicio para un Atlético que tuvo la virtud de no echarse atrás en los últimos minutos. Aguantó así los arreones del Valladolid y logró una victoria sufridísima, impagable, histérica casi, sólo ensombrecida por aquella fantasiosa decisión del juez de línea que dejó al Valladolid sin el empate que se había ganado.

Torres intenta eludir la entrada de Marcos.
Torres intenta eludir la entrada de Marcos.MANUEL ESCALERA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_