Más secretos en la masa de TelePizza
Una emisión de convertibles impulsa la cotización de una compañía que no levanta cabeza desde la salida de su fundador
Mengua la masa y crecen sus secretos. TelePizza, que no levanta cabeza desde la salida de su socio fundador en 1999, coloca en el mercado estos días una emisión de obligaciones convertibles por valor de 62,6 millones de euros, tras cerrar 2003 con unas pérdidas de 13,63 millones, anunciar que va a reducir sus inversiones a una sexta parte, haber cesado en sus actividades en México y Francia, y contar con 142 establecimientos menos que en diciembre de 2002.
Tuvo en 2003 unas pérdidas de 13,63 millones, ha clausurado sus actividades en México y Francia y ha reducido a una sexta parte sus inversiones
La cadena quiere destinar el dinero captado con los bonos a reducir su deuda, que equivale hoy a 1,8 veces su resultado bruto de explotación
Los secretos de la masa (reclamo publicitario de TelePizza) y los del mercado son casi inescrutables. Las acciones de la compañía y los derechos de la emisión de bonos convertibles que ha puesto en marcha, pese a los malos resultados empresariales en 2003 y a sus bandazos estratégicos en el último trienio, han concitado un repentino interés de los inversores que se ha traducido en volúmenes de negociación y cotizaciones al alza. Los operadores del mercado, que todo lo explican, atribuyen la resurrección del valor a movimientos especulativos "sobre posibles cambios accionariales en la cadena de comida rápida".
TelePizza comenzó a negociar el día 26 los derechos de suscripción de su emisión de obligaciones convertibles y/o canjeables en acciones por valor de 62,6 millones de euros.
Pretende poner en circulación 4,47 millones de títulos con un valor nominal de 14 euros, un plazo de vencimiento de cinco años y un interés nominal anual igual al euribor a seis meses más un 0,75%, pagadero por semestres. Los actuales accionistas del grupo tienen derecho de suscripción preferente en la proporción de una obligación por cada 50 acciones en circulación. Los obligacionistas podrán convertir los títulos en acciones a partir de febrero de 2007, y valorando la acción de TelePizza a un precio prefijado y aún por determinar. En caso de no ejercitar la conversión, el emisor canjeará las obligaciones al vencimiento.
Votos de enmienda
Las razones aducidas para esta elevada emisión de convertibles por los responsables de TelePizza han sido la reducción del endeudamiento financiero neto, que se situó a 31 de diciembre en 90,1 millones de euros (1,8 veces su resultado bruto de explotación), y el afianzamiento de la nueva estrategia.
La compañía sostiene que "las expectativas para 2004 apuntan hacia una consolidación y aprovechamiento de las inversiones llevadas a cabo en los ejercicios anteriores". TelePizza volverá este año a registrar beneficios, aseguran, y para lograrlo va a seguir recortando costes y va a reducir sus inversiones a 12,1 millones de euros, frente a los 70,4 millones que alcanzó esta partida en 2003.
Votos de enmienda, en definitiva, de unos gestores que no acaban de encontrar el secreto a la masa. En los últimos cuatro años han cambiado de política varias veces sin lograr remontar el vuelo. La facturación de TelePizza ha ido cayendo año tras año y los beneficios han terminado convirtiéndose en pérdidas, las primeras en la historia de esta compañía, en el pasado ejercicio. Pérdidas atribuidas por la compañía a las provisiones extraordinarias, 29,7 millones de euros, destinadas al cierre de sus actividades en México y Francia. En México habían suscrito un acuerdo con el Grupo Pollo Campero que, según anunciaron a mediados de 1991, les iba a permitir una fuerte expansión en ese país y en Centroamérica, lo que, junto a la contribución de la nueva línea de TelePizza Restaurante, iba a permitir a la compañía sustanciosas mejoras en su resultado bruto de explotación.
Las cosas, al final, resultaron muy diferentes de como las pintaron, y no sólo por el desembarco mexicano. También han fracasado en su intento de exportar la fórmula TelePizza al Reino Unido, Bélgica, Grecia y Marruecos. Y hace ahora un año, tras la junta general de accionistas de TelePizza, el presidente de la compañía, Pedro Ballvé, que había recibido críticas a su gestión por parte de algunos accionistas, decididó poner fin también al ambicioso proyecto de crear la citada cadena de restauración en sala. Iba a constar de 120 establecimientos bajo la marca La Piazza en tres años, con una facturación conjunta estimada dos años antes en 86,55 millones de euros, pero sólo llegaron a abrirse una decena de locales antes de decidir poner fin a la onerosa aventura.
Se trataba de buscar fórmulas de diversificación a un negocio maduro, el del envío de pizzas a domicilio, y lanzarse a competir con cadenas de comida rápida como McDonald's, Burger King y Pans & Company. Pero, como reconoció el vicepresidente de TelePizza, José Carlos Olcese, "en restauración fuera del hogar hay mucha competencia" y el negocio no resultó como pensaron inicialmente.
Ballvé y Olcese sí han cumplido uno de los objetivos estratégicos que se marcaron a su llegada a TelePizza: el número de franquicias de la cadena supera desde mediados de 1992 el de tiendas propias y porcentualmente sigue creciendo sobre el total de establecimientos. A finales de 2003, TelePizza contaba con 716 establecimientos, frente a los 858 con que finalizó 2002, debido a la clausura de 159 tiendas en México y Francia. Del total, 532 funcionan en España y de ellos 302 son franquiciados.
La cadena ha aumentado en los últimos años sus acciones de asesoramiento, apoyo y seguimiento de los franquiciados, y está cambiando el diseño interior y exterior de sus establecimientos, además de abordar nuevas políticas de marketing, promociones y gama de productos. Según ha comunicado a la CNMV, la franquicia seguirá siendo el principal modelo de desarrollo del grupo.
Los franquiciados, sin embargo, no están especialmente satisfechos con los gestores de TelePizza. La Asociación de Franquiciados de esta compañía, que representa al 60% de las tiendas asociadas a la marca, presentó hace un mes una demanda ante el juzgado de primera instancia de Alcobendas (Madrid) por precios abusivos. Sostienen que TelePizza les suministra productos a un precio un 30% por encima de los de mercado, y se quejan también de coacciones y acoso por parte de los directivos de la cadena. La compañía resta importancia a estas quejas y las atribuye a intereses particulares de los demandantes.
A la menor actividad franquiciada en 2003 atribuye Banesto Bolsa, como causa principal, "los malos" resultados operativos cosechados por TelePizza en 2003. Ibersecurities señala, por su parte, que esos resultados han estado por debajo de lo esperado y "que vuelven a dar una pobre impresión en la parte operativa, pero mejorando discretamente en márgenes en el cuarto trimestre". Analistas de Renta 4 creen que las cifras presentadas por la compañía "suponen el final de un proceso de saneamiento que ha durado tres años" y, de cara a 2004, advierten que "tendrá que mostrar su capacidad para llevar a cabo un crecimiento de ventas ordenado y mejorar los márgenes de explotación".
La cadena de comida rápida, sin embargo, se muestra razonablemente satisfecha con el saneamiento realizado en 2003 (resalta la fuerte reducción del endeudamiento, un 13%, además de la mencionada clausura de los sacos de pérdidas de México y Francia) y repite un año más sus mensajes de optimismo.
Planes de futuro
Los gestores de TelePizza prevén para este año "una consolidación y aprovechamiento de las inversiones llevadas a cabo en ejercicios anteriores". Reiteran que la franquicia es el modelo principal elegido para el desarrollo del grupo y señalan que en el mercado nacional, donde prevén finalizar el ejercicio 2004 con 538 tiendas, van a continuar con el desarrollo de un plan industrial con el que esperan mejorar "la eficiencia de la fábrica y la plataforma logística" que inauguraron en 2003.
En el ámbito internacional, TelePizza prevé para el presente ejercicio inversiones de 3,1 millones de euros que se destinarán, principalmente, a la apertura de 10 tiendas en Polonia (para alcanzar un total de 97 y dar cobertura a todas sus ciudades de más de 80.000 habitantes); de otras cuatro tiendas en Portugal, donde ya cuenta con 65 establecimientos, y de tres nuevas en Chile, donde tiene ya 32 operando. Para el segundo semestre, la cadena española tiene previsto abrir en Praga su primera tienda, que, según dice, será una experiencia piloto cuyo resultado va a determinar la posible expansión en otros países de Europa del Este.
El grueso del reducido presupuesto de inversiones, 12,1 millones de euros, previsto para este ejercicio, va a destinarlo TelePizza a completar diversos proyectos que tiene en marcha, como la remodelación de sus tiendas para adaptarlas a la nueva imagen corporativa o sus fábricas de Daganzo y Luxtor, a mejorar los servicios centrales de la cadena y a la apertura de seis nuevas tiendas en España.
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