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Reportaje:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Bahrein de fórmula 1

Todo bajo control... en el ordenador

Los equipos han estudiado un millón de posibilidades para adecuar sus coches al circuito de Sakhir

"Un gran circuito", comentó Michael Schumacher tras pisarlo ayer por primera vez; "estoy convencido de que Sakhir marcará el futuro de la fórmula 1. El trazado, la construcción, el concepto... Es todo muy novedoso". El alemán logró el mejor tiempo en la primera sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Bahrein, que se disputará mañana (13.00, Tele 5) [asistira el rey Juan Carlos, invitado por el monarca Hamad Ben Isa Ben Salman al Jalifa], pero en la segunda fue superado por su compañero de Ferrari, el brasileño Rubens Barrichello (1m 31,450s). Fernando Alonso, con su Renault, fue el noveno (1m 32,234s).

Bahrein, un país formado por 36 islas del golfo Pérsico y una población de 650.000 habitantes, convenció a Bernie Ecclestone para que incluyera su carrera en el Campeonato del Mundo. Para ello invirtió 125 millones de euros en la construcción de Sakhir. Lo acabó en 15 meses.

Raikkonen deberá cambiar el motor de su McLaren y perderá diez puestos en la salida
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Un récord para los magnates petroleros, sumergidos en el dólar. Pero también un quebradero de cabeza para todas las escuderías. Un circuito nuevo no es ningún caramelo porque supone un trabajo suplementario muy importante para ellas y sus pilotos.

El circuito fue diseñado a mediados de 2003. La Federación Internacional realizó un mapa detallado del trazado, con especificaciones concretas sobre el piso y los materiales que se utilizarían, y se lo entregó a las marcas. Ahí comenzó un minucioso trabajo virtual destinado a estudiar todos los detalles para poder optimizar el rendimiento de los bólidos en función de las características del escenario.

"Lo primero que hicimos", explica Pat Symonds, director de ingeniería de Renault, "fue describir una trayectoria matemática y tridimensional del coche en el ordenador". Eso es algo muy sencillo si se cuenta con el asesoramiento de un buen piloto. Pero después se parte de una puesta a punto estándar para buscar la mejor ubicación de los pesos, los neumáticos adecuados, los reglajes de la suspensión, de los alerones y del cambio; para determinar la exigencia que sufrirán los frenos y la demanda de refrigeración; para diseñar la mejor configuración específica.

Hay algunos aspectos que resultan muy difíciles de controlar. Los bordillos, por ejemplo, que ayer fueron un elemento distorsionador: hubo muchos pinchazos, uno de Alonso. Otro es la adherencia. "La variación en los niveles de agarre entre los simulacros y la realidad fue de hasta el 15% en 2003. En Montecarlo llegó al 24%". En Bahrein se fijó en un 1% por debajo de la media. "Hay un dato", agrega Symonds, "que permite tener una perspectiva clara de la importancia que adquieren estos simulacros: un error de un 3% en los niveles de agarre puede motivar un cambio de hasta un segundo en el tiempo por vuelta".

La estrategia de los equipos es crearse un amplio banco de datos que albergue todo tipo de posibilidades. "Antes de tomar decisiones definitivas sobre cómo vamos a preparar el coche para un nuevo circuito, los ordenadores habrán contemplado hasta ¡un millón de diferentes escenarios de carrera!", concluye Symonds.

La profundidad del estudio que se realiza del circuito permite a las distintas escuderías realizar ajustes casi milimétricos. En el caso de Sakhir se sabía ya mucho antes de pisar el trazado que el motor deberá trabajar a régimen máximo entre un 55% y un 60% de cada vuelta y también que el periodo más largo de aceleración máxima rondará los 13 segundos. "En este sentido, Sakhir será el circuito más exigente hasta Montreal", agrega Denis Chevrier, ingeniero de Renault.

Sin embargo, todo este profundo estudio virtual debe ser ratificado luego por los pilotos sobre la pista. Y a veces surgen sorpresas impensables. En las sesiones iniciales de entrenamientos, las de ayer, los equipos buscaron el equilibrio perfecto entre aspectos como la aerodinámica, la refrigeración -la carrera puede realizarse bajo temperaturas de 50 grados-, la relación de marchas y, en este caso concreto, la búsqueda de los filtros más adecuados para impedir que la arena, proveniente del desierto que rodea el circuito, entre en los motores. "La elección de los filtros será muy importante", agrega Chevrier; "si incrementamos excesivamente su función, el rendimiento del vehículo se verá afectado".

Ayer fue una jornada de descubrimientos, de impresiones y, también, de decepciones. Kimi Raikkonen sufrió una de ellas al descubrir que todo el trabajo de su equipo en las últimas semanas no había servido de nada: "Perdí casi toda la segunda sesión de entrenamientos por un fallo del motor, que se quedó sin potencia. El circuito me gusta. Está limpio y no hay arena, pero sí muchas piedrecitas volando, especialmente cuando estás detrás de alguien". McLaren deberá cambiar el motor del finlandés, que será penalizado con diez posiciones en la parrilla de salida.

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