Sofia Golóvkina, directora de la Academia de Ballet de Moscú

Ha muerto en la capital de Rusia la ex primera bailarina del Gran Teatro Bolshoi de Moscú Sofia Nikolaievna Golóvkina. Hasta 2002 fue, y durante más de 40 años, la directora de la Academia de Ballet de Moscú, adscrita al Teatro Bolshoi, y de donde han salido todas sus estrellas en varias generaciones, llevando con una verdadera mano de hierro su funcionamiento y profesionalización de los artistas de ballet. Golóvkina, que se retiró voluntariamente de la docencia en 2001, había nacido en Moscú el 13 de octubre de 1915, empezando sus estudios en el mismo Bolshoi a la edad de nueve años, donde se graduó en 1933, entrando inmediatamente en la compañía titular moscovita. Allí bailó hasta 1959 con el rango de primera bailarina; su esplendor artístico coincidió con los duros tiempos del realismo socialista, a los que ella se refería con un humor distante y reflexivo. Entre otras muchas anécdotas destaca la que la vincula a la censura estalinista en 1936, cuando el periódico Pravda tilda de "falso ballet" una obra coreográfica que ella protagonizaba y que fue sacada enseguida del repertorio del Bolshoi, aunque todos los historiadores (incluido Slominski) destacan cómo fue en realidad una de las más mimadas de aquellos años oscuros.

La primera vez que entré en su despacho de la nueva escuela moscovita que ella misma había inaugurado en los años setenta (también había supervisado al detalle los planos del arquitecto), quedé impresionado con una decoración que evocaba la parte más mágica del mundo del ballet: un piano de cola antiguo, grandes vasos de flores frescas, una estatua de ella misma bailando hecha por la escultora Ekaterina Yanson-Maniser, una fotografía en marco de plata donde bailaba una leyenda rusa: El caballito jorobadito. Esa vez expresó su deseo de venir a España, de colaborar con los conservatorios españoles. Amaba el baile español, que se correspondía con su fuerte temperamento escénico. Golóvkina escribió, al menos, dos libros metodológicos sobre el ballet donde resumía su manera de ver el entrenamiento balletístico y su progresión por edades, resumen de su larga experiencia en la didáctica, a la que se entregó desde 1960, un años después de que, en 1959, se retirara de la escena.

Sofia Golóvkina supo adecuar su escuela a los nuevos tiempos. Ya antes de la desaparición de la URSS inició un importante intercambio con escuelas y festivales educativos de Estados Unidos, donde viajó muchas veces (dirigió una escuela y un festival de verano en Vail, Colorado, que el presidente Bill Clinton visitó) y donde sus discípulos hicieron memorables veladas demostrativas. Lazos y viajes que se afianzaron más a partir de 1991 con el fin de la era soviética. Sus discípulos estuvieron presentes en los principales concursos de ballet de todo el mundo a lo largo de todos estos años, ganando preseas y defendiendo un estilo de bailar heroico, aéreo y virtuoso: en resumen, la escuela de Moscú.

La crítica y los historiadores rusos de ballet siempre destacaron su fuerza y su tesón en los caracteres de las obras modernas de su tiempo, aunque también destacó en los papeles clásicos como la princesa Aurora de La bella durmiente y la Odette-Odille de El lago de los cisnes.-