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Reportaje:

Un paseo para preservar la naturaleza

Cientos de personas visitan el tren del medio ambiente, una exposición itinerante sobre ecología

Estación de Chamartín. Grupos de escolares se encaminan diligentes hacia el tren que espera en la vía 19. No van de excursión. Son algunos de los cientos de personas que desde el lunes se montan en el tren del medio ambiente, una exposición itinerante que gira en torno a la ecología, y que recorrerá 18 ciudades de la geografía española. En Madrid estará hasta hoy. Esta noche emprenderá el viaje hasta Valladolid, y de allí, a Santiago de Compostela, León, Oviedo..., hasta llegar a Sevilla el día 10 de mayo.

Seis vagones de exposición, es decir, un total de 350 metros cuadrados de longitud, donde se informa acerca de las energías renovables, del tipo de transporte menos perjudicial para el medio ambiente, de las distintas formas de reciclaje o del comportamiento que se debe tener para mejorar el entorno que nos rodea. Todo al servicio de los ciudadanos que quieran conocer de primera mano, y con un experto medioambiental que detalla cada una de las partes de la exposición, las mejores formas para conseguir un entorno más saludable.

"¿Qué son las energías renovables?", pregunta una de las azafatas que guían a los visitantes por su recorrido, en este caso un grupo de escolares de12 años de Cerviá de Ter (Girona). El mutismo se sucede entre los chicos, pero Cristina rompe el hielo: "No nos acordamos mucho de las clases de Conocimiento del Medio, pero aquí lo vamos a aprender todo". Efectivamente, salen del vagón diferenciando entre la energía eólica, la solar, la geotérmica o la oceánica. Paneles informativos y maquetas, así como diferentes climas y sonidos sirven de ayuda para los visitantes que quieren conocer un poco más sobre las energías alternativas.

La exposición se divide en cinco grandes puntos: "tu energía, el bosque, el mar, tu transporte y tu ciudad". Estos grandes bloques están ambientados de acuerdo a la temática sobre la que versan. Para pasar de la zona dedicada a la energía al bosque, el visitante cruza una pasarela. Allí el ruido del agua sirve de pretexto para exponer las ventajas de la energía hidráulica. "Qué curioso, y al principio me daba miedo", comentaba una chica a su profesor cuando se encaminaban hacia el bosque.

Uno de los vagones más llamativos es el del mar. Decorado con pantallas retroiluminadas y con un sistema de audio que evoca el sonido de los mares, este vagón presenta la vida en el medio acuoso. A medida que los visitantes recorren la exposición la temperatura de las aguas sube, hasta que llegan a las zonas templadas y desembocan en las áreas tropicales, para después regresar a las frías aguas del océano Antártico. "Es chulísimo", decía un pequeño obnubilado con las imágenes cálidas del trópico.

En este espacio los visitantes descubren el inicio de la vida. Pablo Pinilla, de "cuarto B" del colegio Fernández de Martín, hacía balance de la lección aprendida: "Accidentes como el Prestige sólo contaminan los mares en un 7%. El resto de la porquería es la que echamos todos".

En el vagón dedicado a tu bosque, los visitantes conocen las características del bosque mediterráneo, que subsiste en las regiones de clima mediterráneo, donde los veranos son muy calurosos y los inviernos templados. Uno de sus principales problemas es la desertización como consecuencia de la destrucción de la cubierta vegetal. Así se lo explicaron a los más pequeños. "Voy a pedirle a mis padres que vayamos de vacaciones al bosque. Hay muchos tipos de árboles y plantas pequeñas", explica Javier, del cuarto curso del colegio Fernández de Martín, a la salida de la exposición. Se refiere a los árboles de hoja perenne que crecen en estas zonas, en particular a las encinas, los alcornoques, quejigos o algarrobos, en cuyas bases proliferan plantas aromáticas como el romero y la salvia.

Uno de las pretensiones de este tren didáctico es concienciar a los que por allí pasen de los problemas ambientales que generan los medios de transporte, tanto de contaminación atmosférica como acústica. "Para viajar lo mejor es coger el tren y los coches modernos que no contaminan", decía Miriam, de 12 años.

Otro de los vagones de la exposición, organizada por Eccus con la coordinación del Ministerio de Medio Ambiente, recrea detalles particulares de la vida cotidiana. En una cocina se explica que el cubo de la basura debe estar dividido para los diferentes tipos de basura. En otro espacio hay maquetas de los contenedores específicos para cada tipo de residuo. "Los verdes son para el vidrio; los azules, para el papel y el cartón, y los amarillos, para los envases", recita de carrerilla una niña de 9 años.

En el espacio dedicado a las formas de reciclaje se explica que de los envases de plástico, como las botellas de agua, se obtienen forros polares. "Fíjate, yo llevo una bufanda polar, y no sabía de qué estaba hecha", comentaba un escolar con un compañero.

LUIS MAGÁN

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