Ante las narices de Joan Lluís Vives
La Universitat de València abre cinco exposiciones donde se yuxtaponen objetos, olores y llamadas a la conciencia
No una ni dos, sino cinco exposiciones simultáneas con enfoques, técnica y formatos diferentes, inauguró ayer la Universitat de València en el edificio histórico de La Nau. Junto a la obra de artistas consolidados como Genovés, Carmen Calvo o Armengol, que se exhibe en El cos maltractat, aparecen, en salas distintas, las voluminosas máscaras de tres metros o los zapatos de colores reagrupados de nuevos creadores como Damià Díaz y Josep Sou. Las relaciones entre fotografía y olfato, y una reflexión visual sobre el patrimonio completan el abanico de propuestas.
En el acto inaugural de las cinco exposiciones que ayer se abrieron en el edificio La Nau, había dos coleccionistas singulares. Uno era el valenciano Jesús Martínez Guerricabeitia, cuya colección guarda la Universitat de València y nutre en parte El
cos maltractat, una de las muestras ayer inauguradas. El otro coleccionista era el perfumista catalán Ernesto Ventós, que ha seleccionado la serie de fotografías que integran la exposición Essències 8, donde se relaciona el arte y el sentido del olfato. Artistas tan singulares como Mapplethorpe, Joan Fontcuberta o Duane Mychaels están representados en la selección de Ventós quien, no conforme con ello, quiso rendir tributo con una pequeña instalación a Joan Lluís Vives, cuya imagen preside el claustro del histórico edificio. Lo hizo -cómo no- con una reproducción múltiple y amarilla de la nariz del ilustre humanista valenciano, por medio de un molde obtenido de su prominente estatua.
Hasta los porches del claustro se asomaban también algunos de los objetos que integran la original muestra del alcoyano Josep Sou, titulada La mirada cómplice, un alarde de poesía visual lleno de guiños al espectador. Esta exposición, junto con la de Damià Díaz, inaugura la nueva línea expositiva de la Universitat sobre Art actual. Los voluminosos perfiles de Recinte d'idees, "más que una exposición", explicaba Díaz, constituyen una intervención en el espacio" donde el espectador forma parte de la pieza y todo el espacio es una pieza".
No muy lejos de los nuevos valores, en el piso superior del edificio, colgaban una treintena de obras de artistas consagrados, donde se "exploran las vertientes del maltrato, infligido voluntariamente tanto al cuerpo físico individual como el social". Joan Castejón, Carmen Calvo, Pepe Azorín, Joan Genovés, Rogelio López Cuenca y Mayte Vieta muestran distintas visiones del daño corporal, varias de ellas realizadas ex profeso para la ocasión. Al lado, una interesante muestra que pretende despertar conciencias sobre la protección del patrimonio. Patrimoni i societat, que surge de un máster cursado en ese mismo edificio, ha requerido la colaboración de numerosas asociaciones ciudadanas españolas y europeas e incluye, además, debates y talleres.
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