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Maragall dice que el PSOE se ha librado de hipotecas del PP para releer la Constitución

El presidente de la Generalitat espera que los socialistas no se limiten a administrar la victoria

Francesc Valls

Los socialistas catalanes ven en la victoria del PSOE la oportunidad de acometer su apetecida reforma federal de España. El presidente de la Generalitat catalana y del PSC, Pasqual Maragall, no se anduvo ayer por las ramas ante el consejo nacional del partido a la hora de expresar cómo se concreta esa voluntad de cambio: "Los ciudadanos esperan de los socialistas algo más que la mera administración de la victoria; esperan abrir una nueva etapa; se trata de construir la España plural, con una nueva lectura de los textos fundamentales". "La unidad de España ya no está en peligro; estamos libres de las hipotecas" [que durante los ocho años de Gobierno del Partido Popular condicionaron al PSOE], sentenció Maragall.

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El presidente de la Generalitat de Cataluña reivindicó apasionadamente el alma federal del PSOE, expresada en el documento de Santillana de Mar. Ahora opina que los deseos pueden hacerse realidad con la victoria electoral socialista. "El día antes de las elecciones generales estudiamos en la cúpula del PSC todos los escenarios posibles y lo cierto es que el resultado obtenido va más allá del que considerábamos óptimo", expuso ante el máximo órgano de los socialistas catalanes Maragall. "Entramos en una fase diferente y el Gobierno español no puede simplemente limitarse a administrar la continuidad, sino que debe abrir una nueva etapa", agregó.

Se trata de un periodo, a juicio de Maragall, radicalmente distinto, que el PSC ya inició con las esperanzas puestas por los socialistas catalanes en la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero con motivo de su elección como secretario general del PSOE en el 35º congreso. "Entonces la idea más extendida era la de un ticket Bono-Zapatero, pero ahora podemos decir que nosotros apostamos por Zapatero, porque desde el principio teníamos nuestra esperanza puesta en él", subrayó. "No pedimos nada por ello, pero debemos avanzarnos a hacer propuestas al socialismo español", agregó.

Porque a juicio del presidente de la Generalitat se abre una etapa propositiva, distinta de aquella que el PSOE gestionó en 1982 y que acabó "más por la usura del tiempo que por los grandes errores estratégicos". Ahora, a juicio de Maragall, ya no hay un Ejército golpista, como el que puso en orden la gobernación socialista en 1982, y la estructura económica de España se asienta sobre pilares más sólidos dentro de esa casa común compartida con los países de la Unión Europea. Por tanto, la reforma pendiente, la que se debe acometer es la del edificio constitucional y estatutario, sentenció el presidente del PSC. "Cataluña está en condiciones -y el socialismo catalán en particular- de determinar en buena medida cuáles son los contenidos, los acentos, las personas, cuáles son las prioridades de la gobernación a nivel española", enfatizó.

Maragall es consciente, y así lo manifiesta, de que la tarea es difícil, que el alma jacobina del PSOE pesa más que la federal y que, por tanto, su voz es minoritaria. "En el comité federal del otro día [el pasado viernes 26] mi voz fue disonante; pero creo que debemos despetar a los pueblos de España y, para realizar nuestros sueños, la victoria debe suponer un éxito estratégico", dijo. De hecho, el presidente del PSC propugnó ante la dirección socialista española la apertura del pacto antiterrorista a los partidos "independentistas, a pesar de que sus dirigentes hayan cometido errores gravísimos". Y ayer remachó el clavo con alusiones directas al Partido Nacionalista Vasco (PNV). "No tiene sentido un pacto antiterrorista que no contenga a quienes ordenaron a la Ertzaintza la clausura de las sedes de Batasuna", agregó.

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Ese pacto, en el discurso de Maragall, es ejemplo de la hegemonía política que el Partido Popular ha ejercido y al que no ha escapado el PSOE. El presidente de la Generalitat sostiene que el discurso popular ha obligado a los socialistas a suscribir "hipotecas" para mostrar su adhesión a la doctrina de "fidelidad a la unidad de España" esgrimida por los estrategas de la calle Génova. Ahora, la derrota electoral del PP permite afirmar a Maragall que esas hipotecas se han acabado. "El PSOE puede pensar libremente y hay que proceder a una relectura de de los textos fundamentales", destacó Maragall refiriéndose a la Constitución a la que en ningún momento citó explícitamente.

El tripartito

En esa sensibilización federal del PSOE, Maragall opinó que el nuevo ministro de Industria Comercio y Turismo, el primer secretario del PSC, José Montilla, tiene mucho que decir. Eso en lo referente a España en conjunto. Porque el repaso político de Maragall tuvo también lectura catalana. En concreto se refirió a los 100 primeros días de Gobierno tripartito en Cataluña que se cumplirán mañana, martes.

"La derecha siempre ha pensado que quienes deben gobernar son ellos y admite de mala gana que la izquierda sea quien gobierne", afirmó el presidente de la Generalitat. Por ello consideró que esos primeros 100 días más que de gracia han sido poco menos que "un bautismo de fuego". Pero la derecha social y económica "piensa que el hecho de que la izquierda gobierne en Cataluña, en los ayuntamientos y en toda España no tiene por qué ser malo; y así lo ha dicho", sentenció Maragall, para quien en 100 días la izquierda catalana ha madurada más que un año de Gobierno.

Pasqual Maragall y José Montilla, en el consejo nacional, ayer.
Pasqual Maragall y José Montilla, en el consejo nacional, ayer.JORDI ROVIRALTA

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