Porcel dice que Villalonga quiso prohijarle y hacerle heredero
La novela El ángel rebelde, de Llorenç Villalonga (Palma, 1897- 1980), se basa en la contrafigura literaria de Baltasar Porcel, a quien el desaparecido novelista mallorquín quiso prohijar y hacer heredero, según explica el mismo Porcel (Andratx, 1937) en el prólogo de la nueva edición de la versión castellana de aquella obra publicada en 1961. "Villalonga deseaba hacerme su heredero, hasta acariciaba afiliarme. Y su dinero y propiedades, mejor dicho, los de su esposa, resultaban en verdad tentadores", escribe Porcel. "Villalonga había deseado un hijo que no había tenido y yo carecía no de un padre, pero sí de un cobijo intelectual y moral".
El libro estrena una colección de literatura española de Edicions Cort, de Palma. El ángel rebelde, que fue reescrita y ampliada en 1974 bajo el titulo Flo la Vigne, a juicio de Porcel "constituye un retrato más que menos fiel de quién era yo a los 20 años y de quién era Llorenç Villalonga a los 60".
En la introducción, titulada Las pasiones ocultas, Porcel relata que mantuvo una "compleja relación con pronunciados altibajos" de 20 años con Villalonga. Los dos novelistas mallorquines cruzaron medio millar de cartas, una correspondencia inédita que Porcel repetidamente anuncia que publicará; del total de las misivas 400 fueron remitidas por el autor de Bearn.
El narrador de Andratx señala que asoma la homosexualidad, "un aspecto de indudable calado que siempre ha rondado a Villalonga", y añade: "Jamás supe por boca de nadie nada en este aspecto que pudiera implicar a Villalonga" y "ni él nunca se me manifestó en nada parecido. Pero aleteaba en sus ideas, sus actitudes, sus celos, incluso sus afectuosos golpecitos en la espalda, un deje comprometedor...".
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