El día del orgullo 'popular' "¡Dales caña, dales caña!", jaleaban a Rajoy sus seguidores

Hacia las 11.00 de la mañana, la calle General Ricardos, en el madrileño barrio de Carabanchel, era un hervidero. Aunque la mañana amaneció nevando, más de 15.000 seguidores del Partido Popular, provenientes de todas partes de España, colapsaron el barrio, provistos de banderas y decorados con bufandas y pegatinas con la insignia de su partido.

-¡Viva el Partido Popular!.

Gritaba una mujer abanderada en las inmediaciones de la plaza de toros de Vistalegre, donde estaba previsto el acto "de agradecimiento a los votantes" en el que participarían primero su actual líder, Mariano Rajoy, y el presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar.

A ritmo de la sintonía del partido, en su versión más bakaladera

, fueron entrando los asistentes que, en cuestión de una hora, llenaron el coso, salpicado de pancartas con muestras de agradecimiento al Gobierno saliente: "Aznar, gracias por una España mejor".

Pero los primeros eslóganes no fueron dedicados precisamente al presidente en funciones ni al actual líder de los populares sino a distintos medios de comunicación.

-No se siente, no se ve, a los golfos de la SER, gritaban desde la grada sur.

-¡Fuera la SER! ¡fuera la SER!, proclamaban desde la grada norte.

-¡Grupo Prisa, España no se pisa!, vociferaban.

Fueron los lemas más coreados y que delataban el grado de indignación que muchos militantes populares sentían tras la forma en que, a su parecer, los citados medios de comunicación informaron sobre el atentado del 11-M.

Ya al medio día y ovacionados por la muchedumbre, los dirigentes populares empezaron a entrar en la plaza, en cuyo centro estaba la tribuna. El ministro del Interior en funciones, Ángel Acebes, fue el primero en salir del burladero.

- ¡Eso es un ministro! ¡Eso es un ministro!, le aclamaron.

Después vinieron Luis de Grandes, portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Teófila Martínez, hasta el jueves presidenta del partido en Andalucía, Rodrigo Rato, Miguel Arias Cañete, y por la comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, sus presidenta, y Alberto Ruíz Gallardón, alcalde de la capital, entre otros.

Y de pronto, cambió la música. La sintonía del PP empezó a sonar a todo volumen por los altavoces en su versión más tradicional y, por un lateral, apareció José María Aznar, seguido de su mujer, Ana Botella, y de Mariano Rajoy.

-¡Presidente, presidente!, gritaron las masas enfervorecidas.

Otros jaleaban a Mariano Rajoy:

-¡Dales caña, dales caña!

El coso ya estaba a rebosar y unas 500 personas tuvieron que quedarse fuera y ver el acto desde una una pantallagigante.

Las intervenciones de Rajoy y Aznar, que pidió que le dejaran proclamar su orgullo "por el PP y por haber sido vuestro presidente", fueron interrumpidas con gritos de agradecimiento: "¡Muchas gracias, presidente!"; "¡Eso sí, es un presidente!"...

Pero los asistentes que se quedaron fuera fueron más explícitos y cuando Aznar hablaba de que no pasaba nada por haber perdido las elecciones e insistía en "seguir adelante", añadían:

-¡Y duro con ellos [con el PSOE], a ver si se van todos a Marruecos.

Cuando Aznar decía que los socialistas no sabrán gobernar, agregaban: "¡Son los mismos perros con distintos collares". Cuando insistía en dejar las tropas españolas en Irak, apostillaban: "Si en tres meses no han traído las tropas, a la calle. Hay que castigarlos como nos han castigado". De vez en cuando se colaba algún lema del tipo: "¡Almodóvar, hijo de puta!".

A pesar de las acusaciones veladas y no tan veladas, de los insultos y reproches constantes, uno de los cánticos más repetidos fue:

-¡España unida, jamás será vencida!

A las dos de la tarde la gente se fue como había venido. En orden y en paz.