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AGENDA GLOBAL | ECONOMÍA
Columna
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El petróleo, de nuevo factor determinante

Joaquín Estefanía

EL PRÓXIMO MIÉRCOLES se reúne la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena. Entre las decisiones previstas está la de reducir diariamente la producción de petróleo en un millón

de barriles. Ello ya fue aprobado en su última cumbre del pasado mes de febrero, en Argelia, y ahora se trata de instrumentarlo o no, a la luz de las nuevas condiciones del mercado.

¿Cuáles son esas condiciones? La más importante, un aumento espectacular del precio. En las últimas semanas, el precio en dólares del barril de Brent, de referencia en Europa, subió hasta los 33 dólares, más de un 13% superior al precio de principios de año; el precio intermedio del barril de Tejas, de referencia en EE UU, alcanzó los 38 dólares, el máximo desde la guerra del Golfo en 1991. Si a este incremento de los precios se le añadiese la escasez de una menor producción, los primeros podrían seguir creciendo. Hay analistas que estiman que el precio puede subir a corto plazo hasta los 40 dólares. Entonces, ¿qué ocurriría con las expectativas de crecimiento de la economía mundial?

En tiempos de inquietud el dinero acude a los valores refugio, que se revalorizan. Está pasando con el oro y con otras materias primas, como el petróleo. Si la OPEP reduce su producción, los precios seguirán subiendo
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En tiempos de incertidumbre política, como los que vivimos, el dinero acude a los valores refugio, que se revalorizan. Está pasando con el oro y con algunas materias primas, como el petróleo. La inquietud está motivada por el lado de la oferta y de la demanda. Por la oferta: el estremecimiento que sucede a atentados terroristas como el de Madrid; las dificultades progresivas en el área de Oriente Próximo (en la que están situadas una buena parte de las reservas de crudo), tras el asesinato de Estado, por parte de Israel, del líder espiritual de Hamás, el jeque Yassin, y la extensión de la inseguridad en Irak, en un conflicto al que no se ve salida rápida; por último, la confrontación política entre la oposición y el chavismo en Venezuela (tercer exportador mundial de petróleo). Por el lado de la demanda, la preocupación está en el tirón de la economía de China, que cada vez exige mayor aportación energética; y la reducción de las reservas de gasolina en EE UU a unos niveles no conocidos desde hace casi tres décadas. La multinacional Shell ha tenido que recortar sus reservas dos veces en los últimos dos meses al estar sobreestimadas. ¿Ocurre lo mismo en otras grandes compañías multinacionales?

La OPEP generó grandes crisis económicas en los años setenta del siglo pasado. Nacida en el año 1960, hasta una década después no fue consciente de su capacidad para determinar la coyuntura económica del mundo. Hoy no tiene tanto poder, porque países como el Reino Unido, México, Noruega o Egipto (expulsado de su seno), con gran capacidad de producción, no pertenecen a ese cartel de productores y exportadores de crudo. No obstante, aún controla el 40% de la producción mundial. Su preocupación consiste hoy en la devaluación del dólar respecto al euro, pues la OPEP cobra sus exportaciones en dólares y gasta su dinero en euros, por lo que la debilidad de la moneda americana -o la fortaleza de la europea- deteriora la capacidad adquisitiva de los países que la conforman.

Luego está lo de Irak, ese país que "nada en petróleo", según las palabras llenas de codicia del subsecretario de Defensa americano, el neocons Paul Wolfowitz. Un análisis realizado recientemente por William R. Polk ('¿Qué busca Bush en Irak?', La Vanguardia, 29 de febrero), decía: "Sus reservas, aunque nunca se han reconocido las cifras, superan posiblemente a las de Arabia Saudí, y, desde luego, son mayores que las de Kuwait o de Irán. Producir petróleo en Irak es mucho más barato que en cualquier otro lugar en el mundo. Y mientras los yacimientos petrolíferos se agotan en todo el planeta, Irak constituye la única fuente que puede arrogarse la condición de poder atender la creciente demanda de petróleo prevista en los próximos decenios".

De nuevo un producto como el crudo deviene en un factor determinante para la marcha de la economía mundial. Un petróleo escaso, y por tanto caro, puede estrangular la esperada reactivación.

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