Móviles
Acaso todavía no nos estemos dando cuenta, pero los últimos acontecimientos en nuestro país, han puesto en evidencia a los que se aferran a las interpretaciones convencionales de las reacciones sociales. Ha nacido un nuevo medio de comunicación cuyos efectos no sabemos aún hasta donde llegarán. El teléfono móvil es la revolución que ha hecho fosfatina la pretensión de influencia mediante el control de los medios convencionales de comunicación. La tarde-noche del sábado 13 de marzo, mensaje a mensaje, móvil a móvil, persona a persona, una convocatoria recorrió el silencio que debía haber tenido la jornada de reflexión. De quién partió el primer mensaje es asunto que tiene preocupados a algunos que se arriesgan a señalar y a activar situaciones fantasiosas que a nada claro conducen. Pero ésa es otra parte de uno de los capítulos de la historia de estos últimos días que tendrán que asumir los que los lo han escrito, cuando el tiempo pase y todas las cosas queden convenientemente aclaradas. Iba a lo de los móviles y lo que ellos marcan de un nuevo tiempo en la comunicación, de lo que a partir de ahora habrá que considerar sobre su influencia en los movimiento y los cambios sociales. El fin de semana pasado en Sevilla, nada menos que 70.000 jóvenes se reunieron en lo que llamaron Fiesta de la Primavera convocados a través del móvil. El hecho absolutamente inaudito, de inquietante novedad, no tiene más remedio que ser considerado como un fenómeno que sobrepasa nuestra capacidad de análisis sobre la influencia de la comunicación en una sociedad libre. ¿Cómo actuará en la evolución de los medios de comunicación convencionales? Y más aún, ¿qué le quedará a los que quieran seguir controlando los medios de comunicación, sean gobiernos, iglesias, partidos, poderes económicos, etc., ahora que ha quedado descubierta y contrastada la capacidad, ciudadano a ciudadano, de convocar y movilizar que puede tener esa combinación nueva, excitante e inquietante que resulta de Internet y el teléfono móvil? Una nueva era ha comenzado, estaba latiendo y no nos habíamos dado cuenta pero se ha manifestado de manera apabullante y decisiva, en estos históricos días de marzo en los que tantas cosas parece que han a empezado a cambiar.
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