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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

14-M

¿Cómo piensa Dinamarca sobre el 14-M? La mayoría de la prensa europea, por lo menos la danesa, sostiene la tesis de que la masacre terrorista de Madrid dio el triunfo al PSOE, por su oposición a la guerra en Irak, en los confusos y tristes días del 11 al 14. Los aislados análisis que desde España defienden la tesis de que ya había antes del 11-M una mayoría en la sociedad española a favor de un cambio político no acaban de calar en las páginas de la prensa danesa.

Reflexiono con tristeza sobre la razones sociológicas y profesionales de que esto sea así. Dinamarca mantiene tropas en Irak, y la opinión danesa sobre la participación ha estado dividida. No conozco encuestas tras el 11-M. El debate acaba de empezar, pero el Gobierno liberal-conservador danés no parece dispuesto a cambiar su postura, y argumenta que "los iraquíes quieren que las tropas continúen", apoyado en las encuestas (cuya interpretación oficial matizaba un iraquí en una emisora de radio).

No cambiar una decisión u opción política por los efectos del terrorismo es inicialmente lo correcto. Como así, creo yo, ha sido en el caso de la gran mayoría de los electores españoles. El Gobierno danés apoya al Gobierno norteamericano por un factor de fondo: falta de imaginación y paciencia para instaurar la democracia en un país que no se sabe realmente cómo funciona bajo un régimen tiránico. Su solidaridad con la sociedad estadounidense tras el 11-S, su orgullo democrático y los deseos de los refugiados iraquíes en Dinamarca, entre otras cosas, han llevado en buena fe a enviar tropas a Irak.

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La nueva Europa a partir de mayo debe construir una voz común en el mundo para convencer a los EE UU de la necesidad de reconducir su política internacional. Las elecciones de junio al Parlamento Europeo deben ofrecer la oportunidad de avanzar en esta dirección de consenso. Pero la realidad es muy tozuda: el euroescepticismo danés dominará el debate; en España se debatirá quizá el fin de los fondos "europeos". Y en el Parlamento Europeo seguirá perdiéndose energía de alternativa progresista. ¡Ojalá esté totalmente equivocado!

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