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Miles de personas rememoran la fundación de Castellón en la tradicional romería 'de les canyes'

María Fabra

Pese a que el día amaneció con una densa niebla sobre la ciudad de Castellón, la climatología acompañó ayer a las decenas de miles de romeros que quisieron rememorar la fundación de la capital de La Plana con su participación en la tradicional romería de les canyes. Con un mayor número de asistentes que en años anteriores, hasta alcanzar los cerca de 150.000, según informaron fuentes de la Policía Local, los romeros, ataviados en su mayoría con vestido o blusa de labrador y un pañuelo verde anudado al cuello, partieron a primera hora de la mañana en dirección al cerro en el que se asienta el Castell Vell, la antigua ciudad de Castellón y en el que en la actualidad se halla enclavada la ermita de la Magdalena.

En la edición de este año, en que las fiestas fundacionales de Castellón cumplen 60 años de vida, se repartieron más de 25.000 cañas, que ayudan a los romeros a realizar el recorrido de ocho kilómetros que separan el actual centro urbano de la ciudad de la montaña, deshaciendo el camino que recorrieron los primeros pobladores desde el interior hasta la fértil tierra de La Plana. Eso sí, después de la comida, que normalmente suele estar compuesta por una tortilla de habas o por un plato de paella, ofrecido por el Ayuntamiento de la ciudad, que cocina una gigante.

La romería de les canyes contó ayer con la participación de la Corporación municipal, que estuvo acompañada por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, el consejero de Economía, Vicente Rambla, y el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, entre otros.

Tras alcanzar el cerro, por la tarde, se celebró la tornà, acto en el que los castellonenses vuelven a la actual capital de La Plana por la antigua vía romana del Caminás hasta la basílica de la Virgen del Lledó. Parada obligada porque, como reza la tradición, "si vas a la Magdalena y no paras en Lledó, no puedes decir con la boca llena que eres hijo de Castellón". Una vez culminada la vuelta, tuvo lugar el desfile de gaiates, los monumentos de luz y color que quieren recordar los faroles utilizados por los primitivos castellonenses cuando descendieron de la montaña.

Un romero tocado con un sombrero de paja destacaba ayer entre los asistentes a la romería <i>de les canyes.</i>
Un romero tocado con un sombrero de paja destacaba ayer entre los asistentes a la romería de les canyes.ÁNGEL SÁNCHEZ
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