Portland y Valladolid jugarán la final de la Recopa

Aunque no tendrá ningún representante en la final de la Liga de Campeones, el balonmano español clasificó ayer a tres equipos para la disputa de títulos europeos. El Portland San Antonio y el Valladolid se enfrentarán en la final de la Recopa, mientras que el Altea jugará la de la Copa EHF.

Ayer, el Portland salvó en Pamplona una semifinal frente al Tusem Essen que se le había complicado en Alemania, donde había perdido por 27-25. Su contundente victoria por 38-32 no dejó lugar a las especulaciones. El Portland mantuvo siempre el partido bajo control y tuvo en Garralda (8 goles), Lakenmacher (7) y Urdiales (6) a sus mejores hombres.

También el Valladolid se mostró compacto para superar en Eslovenia al Gorenje Valenje por 26-30. Los vallisoletanos llevaban ya dos goles de ventaja de la ida. El partido fue eléctrico hasta el descanso (14-15). Después los eslovenos acusaron la falta de su goleador Kavticnik -lesión en una rodilla- y el Valladolid estableció una cómoda ventaja que osciló entre los tres y los cuatro goles, gracias a un acertado Fis (10 goles) y a una sólida defensa.

El Altea se aseguró la final de la EHF con una gran victoria sobre el Dinamo Bucarest (Rumanía) por 31-25, tras haber empatado (30-30) en la ida.

Sin españoles en la Copa

Por tercera vez en los últimos 15 años no habrá ningún equipo español en la final de la Copa de Europa. La derrota del Ciudad Real ayer en la pista del Celje (Eslovenia) por 34-32 dejó al galáctico equipo de Juan de Dios Román fuera de una competición dominada desde hace años por los clubes de la Liga Asobal. Desde que el Barcelona alcanzó su primera final en 1990, los equipos españoles han jugado 12 finales -dos de ellas frente a frente- y han ganado nueve títulos.

La derrota del Ciudad Real se materializó en la parte final del partido, cuando el Celje, muy bien dirigido por Zorman, sacó el máximo rendimiento de sus laterales, Rutenka (8 goles) y Vugrinec (9) y encontró en su portero Peric al hombre más desequilibrante.

Los eslovenos se marcharon desde el 25-24 hasta el 28-24, a falta de 10 minutos. Román pidió tiempo muerto, cambió la defensa, la hizo más presionante y buscó la aportación de sus mejores hombres. Pero nada le valió. Hombrados paró poco, Stefansson ni se vio y Duishebáev tuvo pocos apoyos.