Branson abandona Europa y entrega Virgin Express al grupo aéreo belga SN
Richard Branson, el peculiar creador y propietario de la compañía aérea Virgin Express, ha tirado la toalla en Europa para centrar sus esfuerzos en Estados Unidos y Australia. Virgin Express y la belga SN Brussels Airlines acaban de firmar una declaración de intenciones por la que ambas se funden en un holding en el que la sucesora de Sabena tendrá el 70,1%, con opción a adquirir el 29,9% de Virgin antes de 2007. Las dos compañías seguirán actuando como marcas independientes, con Virgin Express centrada en el segmento de bajo coste.
El acuerdo alcanzado esta semana es el segundo intento de colaboración entre ambas empresas, después de que en febrero de 2002 fracasara el plan de Branson de hacerse con SN, nacida tres meses antes a consecuencia de la quiebra de Sabena, la histórica compañía de bandera belga.
Aquel primer asalto fracasó por la negativa de SN a ser absorbida por Virgin, fundada en 1996 para quebrar el statu quo con la tesis de que los europeos viajarían más en avión si los billetes eran más baratos.
A pesar de la ruptura, en SN y Virgin se hizo claro que en el concurrido aeropuerto de Bruselas no había sitio para las dos y el pasado verano reanudaron los contactos. El panorama se había agravado con la agresiva irrupción de Ryanair en Charleroi, a unos 60 kilómetros de la capital, apoyada en tarifas irrisorias y jugosas subvenciones. Las denuncias de Virgin contra las ayudas ilegales recibidas por Ryanair en Charleroi dieron su fruto el mes pasado, cuando la Comisión Europea obligó a la aerolínea irlandesa a reembolsar parte de los subsidios.
Virgin Express nunca pudo competir con éxito con Ryanair o EasyJet y el año pasado cedió terreno: en el tercer trimestre de 2003, la compañía de Branson tuvo beneficios netos de 1,7 millones de euros, frente a los 4,5 millones del mismo periodo de 2003.
Los analistas del sector no dudan de que la declaración de intenciones de crear un holding regido por SN se hará realidad de aquí al verano. Branson se reserva el derecho de vender su 29,9% antes de 2007 a cambio de 64 millones de euros, lo que es interpretado por los expertos como un desmarque que permitirá al creativo empresario británico olvidarse de las exigencias y dureza del mercado europeo para centrarse en sus ambiciosos proyectos de expansión en EE UU.
Branson acaba de atraerse para Virgin USA al presidente de Delta, y desde Australia, donde Virgin Blue se ha hecho en tres años con más del 30% del mercado, prepara un asalto a Nueva Zelanda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.