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La FIFA cambia sus normas para impedir las nacionalizaciones de conveniencia

Los brasileños Ailton, Dede y Leandro pretendían jugar con Qatar por un millón de dólares

La FIFA prohibió ayer las "nacionalizaciones de conveniencia" de los futbolistas que, respaldados por la legislación aprobada en octubre, pretenden jugar en la selección de otro país a cambio de suculentos contratos. A raíz del intento de los brasileños Ailton, Dede y Leandro de fichar por Qatar por un millón de dólares, su Comité de Urgencia decidió que nadie pueda defender los colores de un país si no tiene con él "una relación manifiesta": dos años de residencia o que él o uno de sus padres o sus abuelos haya nacido en el mismo.

Los futbolistas interesados en nacionalizarse para jugar por dinero en otra selección deberán cumplir uno de los siguientes requisitos: haber nacido en el país de adopción, que lo haya hecho alguno de sus padres o sus abuelos o que haya residido al menos dos años en el mismo. De esta manera, los hermanos Dede y Leandro, del Borussia Dortmund, y Ailton, del Werder Bremen y máximo goleador de la Liga alemana, que ya se veían frotando la lámpara maravillosa de los petrodólares de Qatar, pueden irse despidiendo de su sueño particular de las mil y una noches.

El interés del francés Philippe Troussier, ex seleccionador de Japón y que en la actualidad dirige a Qatar, por enrolar en la selección del emirato al trío de suramericanos ha obligado a la FIFA a modificar sus estatutos. Troussier se proponía fabricar un equipo con jugadores naturalizados para encarar con opciones las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006 y, en ese sentido, propuso una jugosa nacionalización, regada de dólares, a Ailton, Dede y Leandro.

"Es imprescindible detener esta práctica", apuntó ayer el suizo Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, organismo que el pasado 19 de octubre decidió en su congreso extraordinario, celebrado precisamente en Doha, que bastaba con que un futbolista no hubiera jugado nunca con la selección de su país de origen y que contara con la nacionalidad de un segundo Estado para poder vestir sus colores.

Así lo permitía, desde el 1 de enero, el artículo 15 del apartado 1 del Reglamento de aplicación de los Estatutos, que ya por entonces fue enmendado a fin de puntualizar que "este derecho a cambiar de asociación podrá ejercerse sólo si el jugador no ha jugado en un partido internacional A representando a la asociación en que se encuentra hasta el momento de la solicitud y si en el momento de su primera participación parcial o completa en un partido internacional de una competición oficial de cualquier otra categoría ya poseía más de una nacionalidad". Para evitar confusiones interesadas, en la versión inglesa se cambiaba el vocablo citizenship (ciudadanía) por nationality (nacionalidad).

La FIFA aseguró hace unas semanas a este periódico que tan sólo diez jugadores se habían acogido al reglamento acordado hace cinco meses:Adel Chedly (Túnez), Anther Yahia, Abdenasser Ouadah y Samir Beloufa (Argelia), Mohamed Lamine Sissoko y Frédéric Oumar Kanouté (Malí), Lamine Shakho (Senegal), Franck Matingou (República Democrática del Congo), Timothy Filiga Cahill (Australia) y Benjamin David Tatcher (Gales). El caso de Murad Mogomedoy, ruso de origen que quería vestirse con la camiseta de Israel, fue el único desestimado. Los ocho primeros habían representado hasta entonces a Francia en sus categorías inferiores, pero gracias a la nueva normativa pudieron acudir a la última Copa de África, en Túnez, el pasado febrero.

Con esos datos, y hasta que el caso de Ailton, Dede y Leandro le estalló a la FIFA en las manos, las decisiones tomadas parecía que beneficiaban a las selecciones de los países más humildes en detrimento de potencias deportivas y monetarias como les bleus de Zidane, cuyos padres proceden de la Kabilia argelina.

El asunto de los tres brasileños afincados en Alemania no es el único que escapa a los cánones aprobados por la FIFA. Massimiliano Vieri, delantero del Nápoles y hermano del internacional italiano Christian Vieri, ha sido convocado por Australia para su partido amistoso del 30 de marzo contra Suráfrica al tener las dos nacionalidades. Max, al contrario que Chris, nació en Sydney el 1 de septiembre de 1978.

Después del zurcido de última hora del Comité de Urgencia, las nacionalizaciones por conveniencia serán tratadas en el congreso ordinario del 20 y el 21 de mayo, en París, con el objeto de que se establezca una disposición estatutaria. "Estoy convencido de que nuestro congreso se mostrará de acuerdo con esta apreciación", concluyó Blatter.

Vieri (a la izquierda), cuyo hermano Massimiliano, nacido en Sidney, va a jugar con Australia,
Vieri (a la izquierda), cuyo hermano Massimiliano, nacido en Sidney, va a jugar con Australia,REUTERS
AP

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