GUILLERMO SENENT PALLAROLA: "Buenas noches, que mañana madrugo"
Guillermo Senent Pallarola tenía 23 años. Acababa de conseguir su primer trabajo estable como técnico en electrónica industrial en la empresa francesa Alstom. "Se le veía verdaderamente ilusionado y concentrado", explica su padre. "Willy se traía apuntes a casa, decía que estaba aprendiendo mucho", añade Araceli, su madre. Salía todos los días de Guadalajara, pero nunca tomaba el tren de las 6.55. Esa mañana, junto con su amigo David Santamaría, otra de las víctimas, iba a hacerse un reconocimiento médico en Madrid. El miércoles pasado, después del trabajo, se fue a buscar a Almudena, su novia desde hacía más de un año. Regresó a casa temprano porque tenía que madrugar. Desde los dos escalones que dividen el salón de su casa, se despidió de sus padres con un "buenas noches, que mañana madrugo".
Era un melómano. "Tenía maletas repletas de música", cuenta el padre, "y el ordenador repleto de canciones bajadas de Internet", añade la madre. Tocaba la guitarra. "La semana pasada le vi sacarla y le oí tocar desde su habitación", recuerda su madre. Javier, el hermano mayor, añade que solía pinchar música en algunos pubs de Guadalajara. Le gustaban desde los Beatles hasta la música tecno. "De vez en cuando me llamaba y me decía: 'mira esta canción del Dúo Dinámico; es de tu época, seguro que te gusta", recuerda su madre.
Willy solía ir con su amigo Johnny a pescar, pero disfrutaba yendo con su padre, que recuerda una anécdota: "Un día pescando truchas cerca del río Guadiola llegó la Guardia Civil y nos reprendió porque aseguraban que era una zona vedada. Todo se aclaró. Teníamos las licencias para pescar en esa zona, pero nunca olvidaré la mirada de reproche de Guillermo, era muy responsable".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.