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LA CRISIS DEL PP | ELECCIONES 2004 | Andalucía

La debacle sume al PP en el desconcierto

El PP pretende aplazar la crisis hasta el congreso del próximo año

La debacle electoral que sufrió el PP de Andalucía el pasado domingo ha sumido a esta organización en el desconcierto y en la incertidumbre. Incertidumbre de proyecto, incertidumbre de estrategia y, sobre todo, incertidumbre de liderazgo. Ningún dirigente del PP consultado acertaba ayer a vislumbrar qué va a ocurrir a corto plazo, aunque todos apuntaron que la derrota traerá consecuencias de calado. Para gestionar la crisis, el PP andaluz ha decidido acompasar su ritmo con el que va a llevar el PP en Madrid tras la derrota de Mariano Rajoy. Es decir, salvo sorpresa, Teófila Martínez seguirá como máxima responsable de los populares andaluces hasta el congreso regional, previsto para el verano de 2005. "Todo va a depender de Madrid", decía ayer un dirigente del PP.

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En cualquier caso, la mayoría de los dirigentes consultados manifestó su convicción de que Martínez no volverá a repetir como candidata autonómica y sólo discreparon en el momento en que se realizará el relevo.

Martínez se enfrenta hoy a su primera prueba de fuego ya que tendrá que dar explicaciones de lo ocurrido el 14-M ante el Comité Ejecutivo Regional del PP, el máximo órgano entre congresos. Los populares saben que cualquiera de los escenarios que se abren tendrá consecuencias traumáticas. "Pase lo que pase, no va a ir bien", manifestó ayer, pesimista, un dirigente.

Los populares estuvieron analizando ayer los resultados de las elecciones, que han reducido su representación en el Parlamento andaluz a 37 diputados (nueve menos que en 2000), el peor dato de los últimos 10 años. El PP era consciente de que el PSOE estaba al borde de la mayoría absoluta, pero no esperaba el descalabro que ha sufrido ni la mayoría arrolladora de Manuel Chaves. Todos los dirigentes consultados achacaron la rotunda victoria socialista a alta participación por la movilización de los indecisos y de los abstencionistas tras la conmoción causada por los atentados terroristas cometidos en Madrid el pasado jueves.

Los resultados ponen de manifiesto que el PP ha sufrido una sangría de votos y escaños en todas las provincias, incluso en aquéllas, como Málaga y Almería, que últimamente eran pequeños feudos. El PP ha perdido un diputado por provincia y dos en Huelva. Además, ha asistido a la fuga de 118.491 votos respecto a 2000, que se reparten entre todas las provincias, aunque es especialmente acusado el descenso en Córdoba: 25.901 sufragios. Las 16.027 papeletas que recibió el candidato del Foro Andaluz, Manuel Pimentel, en esta circunscripción, en teoría voto del PP, dejaron a los populares sin el quinto diputado que logró en 2000.

Para sumar males, el batacazo autonómico puede ser el catalizador que reabra crisis provinciales, como en el caso de Jaén, informa Ginés Donaire. En esta provincia, el enfrentamiento entre la dirección provincial, que lidera José Enrique Fernández de Moya, y el sector capitaneado por el alcalde de la capital, Miguel Sánchez de Alcázar, puede salir de nuevo a la luz tras la tregua por los comicios. Fuentes próximas al alcalde han confirmado que la situación en el equipo de gobierno municipal es "insostenible" y reclaman a Sánchez de Alcázar un "golpe de autoridad". El mismo día de las votaciones se produjo un roce en un colegio electoral de la capital entre un edil afín al alcalde y la secretaria provincial, Inmaculada Solar.

La cuestión ahora es que consecuencias va a tener el fracaso electoral en el PP y cómo se diseña el futuro. "Tenemos que hacer una reflexión muy profunda y preguntarnos por qué no hemos articulado una alternativa", afirmó un dirigente provincial. "El futuro depende del debate interno", comenta otro mandatario, que añade que quiere oír hoy a Teófila Martínez para pronunciarse sobre las distintas opciones. "No hay que hacer borrón y cuenta nueva, es injusto culpar sólo a Teófila Martínez por el resultados. Si queremos ser alternativa, la sucesión tiene que ser ordenada por ella, debe liderar el proceso de reflexión y la autocrítica", añade un tercer dirigente.

Uno de los problemas más acuciantes que tiene el PP es quién asume el testigo de Martínez en el supuesto de que ésta decida dejar el cargo, ya sea ahora o en el congreso de 2005. "No es el momento de dimisiones. No hay nadie que tenga el liderazgo suficiente para coger las riendas del partido", asegura un dirigente, que considera que la solución pasa por la convocatoria de un congreso regional, incluso extraordinario, del que emerja un nuevo líder. "El único andaluz con liderazgo es Javier Arenas, que da un zapatazo y todo el mundo se pone firme", añade este dirigente, que, como casi todos los mandatarios del PP, ve imposible el regreso a la política autonómica del presidente de honor de los populares andaluces.

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