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LA CRISIS DEL PP | ELECCIONES 2004 | Andalucía

El (d)efecto Teófila

Arenas, 'padre espiritual' del PP andaluz, creyó en 1999 haber encontrado en Martínez el arma letal que acabaría con Chaves

Javier Arenas amenazó: prepárense, señores del PSOE, llega el efecto Teófila. Fue poco antes de la anterior campaña electoral. Entonces, el padre espiritual del PP andaluz pensaba que tenía en sus manos un arma letal con la que derrotar a los socialistas en Andalucía.

Cuatro años después, se habla del defecto Teófila: la candidata del PP ha devuelto a su partido al túnel del tiempo. Los pésimos resultados obtenidos en las elecciones del pasado domingo plantean serios interrogantes: ¿ha sido buena, mala o regular la campaña de Teófila Martínez? ¿falla ella o falla su partido? O, en palabras que podrían ser de Mariano Rajoy, ambos. ¿O no?

En la campaña electoral, el tono del discurso de Teófila Martínez ha variado al ritmo de las circunstancias adversas que se le presentaban. Arrancó con críticas relativamente moderadas al candidato del PSOE y presidente de la Junta, Manuel Chaves, por "condenar" a Andalucía a ir en el furgón de cola, por ser sinónimo de "problemas", o por tener un proyecto "caduco y agotado".

La candidata del PP ha variado el discurso en la campaña según las circunstancias

Sin embargo, en su deseo por "desenmascarar" las "mentiras y las caretas" de Chaves, la candidata popular afiló sus críticas para denunciar el "abuso de poder" del presidente andaluz en el discurso institucional del 28-F o para acusar al adversario socialista de "tener mala conciencia" y de "humillar" a las mujeres por afirmar que el PP no defiende las políticas de mujer porque no le lleva en los genes políticos.

En esta línea, Martínez llegó a acusar a Chaves de tener "actitudes machistas" y de no "soportar" que una mujer le "dispute" la presidencia de la Junta. Fue en Marbella, en el día Internacional de la Mujer, cuando radicalizó su mensaje, acuciada por las encuestas que vaticinaban la mayoría absoluta del PSOE y por el escándalo de la Zona Franca de Cádiz, donde un estrecho colaborador suyo fue señalado por el Tribunal de Cuentas como responsable de una gestión plagada de irregularidades.

Un día antes, acudió al mensaje del miedo y alertó en Cádiz, donde gobierna con mayoría absoluta, de los "peligros" de la vuelta del "rodillo socialista" si Chaves lograba la mayoría suficiente para gobernar en solitario. Por entonces, Martínez mentaba con frecuencia al candidato socialista como el "ministro del paro" y cogía aire en el debate entre los candidatos en Canal Sur, donde mostró un perfil más sosegado que de costumbre.

En los tres últimos días de campaña, antes de la brusca suspensión por los atentados terroristas de Madrid, Martínez acudió a su lista interminable de insultos y descalificativos para ofrecer su particular retrato de Manuel Chaves: "Insolvente", "demagogo", "mentiroso" o "esquizofrénico".

En su penúltima intervención en Almería, Martínez rozó el descalificativo físico cuando para referirse a Chaves dijo "en esa enoooorme cabeza política". Ya interrumpida la campaña, y ante las críticas a la información que el Gobierno estaba dando de los atentados, Martínez aludió a los GAL para criticar a los socialistas.

En el debe de los defectos, no es menor el del desprecio demostrado hacia la prensa independiente. Martínez, no solo rechazó ser entrevistado por dos líderes de la comunicación nacional, Iñaki Gabilondo y Gemma Nierga (Cadena SER), al igual que rehusó una entrevista con este periódico, sino que en cuanto surgió un problema durante la campaña, se quitó de en medio. Ella, que acostumbra a dar ruedas de prensa casi a diario, y en ocasiones hasta dos por día, permaneció muda durante cuatro jornadas. Fue cuando saltó el tema de la Zona Franca y el dictamen del Tribunal de Cuentas que señalaba como el entonces delegado del Gobierno Manuel Rodríguez de Castro había gastado, sin los justificantes precisos, hasta 600.000 euros.

La prensa conservadora de la región ha reclamado la presencia de Arenas y no se ha recatado en denunciar la falta de liderazgo de Martínez.

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